Mientras continúan las protestas sociales en el vecino país de Chile, EL SOL DE SAN JUAN tomó contacto con una docente chilena, que prefirió mantenerse en el anonimato, y nos compartió su experiencia y punto de vista sobre esta situación.
Comenzó diciéndonos que “nosotros teníamos que hacerlo. La vida acá es cara. Se trabaja mucho. Pagamos mucho de impuestos. Pero no es el problema de este gobierno: es de hace 30 años. Cuando la constitución que dejó Pinochet dejo asegurados a los dueños de chile y a los puestos políticos. Al final siempre lo mismo: la izquierda siempre dando todo para la clase baja”.
Luego agregó, “la clase media es casi vista y evaluada como la clase alta. El sistema de salud es terrible. Los fondos de pensiones dan vergüenza. La educación va en caída. Los impuestos de servicios básicos por las nubes. Y así suma y sigue”.
A su vez, expresó que “fíjate que yo tengo sentimientos encontrados: por un lado me parece súper justo que se hagan protestas y se haga daño a las grandes empresas. Al final de cuentas las grandes empresas tienen seguros que los respaldan. Lo que no me gusta es que yo pierda mi libertad por vándalos que sólo hacen daño. Que deba dormir encerrada en mi casa y que me dé miedo dejar mi casa sola”.
Para concluir expresó lo siguiente: “pero para que seamos escuchados esta ha sido la forma. Los docentes hacemos manifestaciones pacíficas y no conseguimos nada. Chile era un país de gente pasiva, solidaria y resiliente. Sin embargo nos cansamos de que que nos metan el dedo en el ojo. Los políticos sueldos soñados, la disparidad económica es terrible. Imagínate que yo para jubilarme después de 30 años de servicio ganaré una mier.. para mi vejez. Eso me asusta, me molesta y me da pena”.
Crédito imagen: Los Andes