Rusia informó este martes que algunas tropas dispuestas a lo largo de la frontera con Ucrania habían comenzado a ser retiradas, como un signo de que las conversaciones diplomáticas estaban funcionando y que su intención no sería la de una agresión al vecino país. Sin embargo, no anunció de cuántas unidades se trataba ni dónde estaban desplegadas, como para tener una verdadera dimensión de la voluntad de Moscú de enfriar las posibilidades de una guerra que podría resultar catastrófica para el pueblo ucraniano y Europa.
Como respuesta a esas maniobras, las bolsas del mundo comenzaron a revertir sus tendencias y a operar en positivo. El gobierno ucraniano también se refirió a la decisión del Kremlin, aunque con reservas. Ucrania afirmó que sus esfuerzos diplomáticos conjuntos con los aliados occidentales han logrado disuadir por el momento una temida invasión rusa. “Nosotros y nuestros aliados hemos conseguido evitar que Rusia siga escalando”, declaró a la prensa el ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba.
“Ya estamos a mediados de febrero y se ve que la diplomacia sigue funcionando”, agregó el canciller ucraniano. El Ministerio de Defensa de Rusia había dicho horas antes que algunos de los más de 100.000 soldados estacionados cerca de las fronteras de Ucrania estaban empezando a regresar a la base después de completar los ejercicios militares. Pero Kuleba subrayó que las tensiones seguían siendo elevadas a lo largo de las fronteras ucranianas y que Rusia todavía tenía que retirar sus fuerzas restantes. “Tenemos una regla: no creas lo que oyes, cree lo que ves. Cuando veamos una retirada, creeremos en una desescalada”, dijo.
Pese a las novedades que llegan desde Moscú, información publicada minutos después por la prensa británica da cuenta de que en verdad podría tratarse de una maniobra de distracción de Vladimir Putin y que los planes de invasión y expansionismo ruso continuarían su marcha.