De acuerdo a los números ofrecidos por INDEC, el desempleo bajó a 6.9% en el segundo trimestre de este año.
Antes de la tormenta -la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía y el consecuente desborde cambiario de julio pasado-, el desempleo había marcado 6,9%, según los datos del segundo trimestre de este año difundidos hoy por el Indec. Se trata de una baja significativa en la comparación anual, pero muy distorsionada por la segunda ola de Covid 19 que se registró durante ese período de 2021. Además, la recuperación del empleo privilegió la informalidad, que saltó de 31,5% a 37,8% en doce meses, el peor registro para esa tasa desde 2008.
En el segundo trimestre del año pasado, aún con los efectos de la segunda ola del coronavirus, la desocupación había sido de 9,6%. Por una cuestión de estacionalidad, los expertos suelen recomendar la comparación interanual, para tener una foto más fidedigna. Sin embargo, el alto piso que estableció la pandemia produjo, en este caso, una fuerte distorsión. En el primer trimestre de este año, la tasa de desempleo estaba en un 7%, con lo que la mejora hasta junio fue de 0,1%.
En el año, la tasa de actividad subió dos puntos y pasó de 45,9% a 47,9%. En tanto, la de empleo pasó de 41,5% a 44,6%. El subempleo cayó de 12,4% a 11,1%, señaló el informe oficial sobre el mercado de trabajo.
En números absolutos y proyectados a todo el país, la cantidad de personas desocupadas en el segundo trimestre era de 1,5 millones, o sea, más de 490.000 menos que un año atrás. Aquellas con empleo son 1,6 millones más.
El área geográfica con mayor desempleo relativo a la población fue Gran Córdoba (8,7%). Detrás vinieron Mar del Plata (8,6%), los partidos del Gran Buenos Aires (8,5%) y Neuquén-Plottier (7,8%). En datos absolutos, los partidos del Gran Buenos Aires tienen la mayor cantidad de desocupados: son 510.000 personas, según registró el Indec.
Las mejoras en la tasa de empleo se focalizaron en la regeneración del empleo informal, sobre todo, y del cuentapropista, los mismos que más sufrieron en la pandemia. Al trabajo formal privado le costó remontar, pese a que las pérdidas por el derrumbe de la economía en 2020 no habían provocado tantos despidos en ese segmento. El porcentaje de trabajadores sin descuento jubilatorio, en negro, saltó de 31,5% a 37,8% en un año. La última vez que llegó a ese porcentaje fue en 2008. Ese dato venía cayendo desde el 48% de 2002-2003 hasta el 33,1% a fines de 2015.
“En los grandes aglomerados urbanos, en el segundo trimestre de 2022, se observa el crecimiento de 1 millón de nuevos ocupados”, indicó el experto de Idesa Jorge Colina. “Hay que tener presente que en el segundo trimestre del año pasado fue la segunda ola de Covid, que le pegó fuerte a mucha gente y que además volvió a confinar gente y desactivar actividades”, recordó Colina tras una consulta de La Nación.
“Del millón de nuevos ocupados, el 85% son asalariados ‘en negro’ y el 15% son cuentapropistas. Esto era esperable, porque los cuentapropistas ya se habían recuperado en el segundo trimestre del año pasado, mientras que a los asalariados ‘en negro’ les faltaba recuperarse luego de la fuerte caída de 2020″, agregó el economista de Idesa.
“El crecimiento del empleo, que fue de 1,4 millones en el año, se basa en el crecimiento del empleo informal”, confirmó Nuria Susmel, economista de FIEL. “Los asalariados privados formales, que son los que se suele asociar al empleo más productivo, cayeron. Los informales crecieron 1,25 millones, o sea, explican casi todo el crecimiento del empleo”, dijo.
“Es cierto que hay efecto pospandemia por la segunda ola, pero si se mira respecto a 2019, la mitad del crecimiento del empleo es informal. Parece que va un poco más allá de la pandemia”, dijo Susmel. “Lo interesante es que en ese momento se iba en un ciclo descendente del trabajo en negro. Estaba en ese nivel porque venía cayendo. Hoy, pos pandemia, está creciendo. Si con recuperación se venía así, no es difícil imaginar qué pasará con la economía desacelerando”, agregó la especialista.
Fuente: La Nación