Una vez más, el fiscal José Plaza y su equipo decidieron pactar un juicio abreviado que deja a una víctima de violencia de género sin la protección que realmente necesita. En este caso, Eduardo Cornejo, quien sometió a su expareja a insultos, amenazas y una salvaje golpiza, fue condenado a seis meses de prisión condicional, es decir, sin ir tras las rejas.
El caso se remonta al año 2021, cuando la denunciante fue brutalmente atacada por Cornejo en plena madrugada. Todo comenzó cuando él, bajo los efectos del alcohol, la acusó de haberlo engañado y la golpeó en el rostro con un puñetazo. Avergonzada por las heridas, la víctima se encerró en su casa hasta que su hermano irrumpió para sacarla de ese infierno.
Pero la historia no terminó ahí. Cornejo huyó y fue declarado en rebeldía, logrando evitar la justicia por meses. Incluso se le concedió una suspensión de juicio a prueba, que no cumplió, lo que llevó a una nueva orden de captura. Sin embargo, en lugar de recibir una pena firme, la fiscalía optó por un juicio abreviado con una condena mínima, dejando en evidencia el débil compromiso de la Justicia con las víctimas de violencia de género.
A pesar del historial de agresión, la condena se limitó a seis meses condicionales y una simple orden de restricción. Para muchos, esto envía un mensaje peligroso: los agresores pueden golpear, fugarse y, aun así, recibir penas irrisorias. ¿Hasta cuándo los fiscales, como Plaza, seguirán priorizando acuerdos en lugar de garantizar justicia real para las víctimas?