El Gobierno confirmó el lunes que, desde el próximo 8 de junio, los más de 8 millones de beneficiarios del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) volverán a cobrar los $10.000 para enfrentar los efectos de la cuarentena.
En ese marco, la titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Fernanda Raverta, precisó que las personas que cobraron en la primera tanda son las que van a cobrar ahora.
1) No habrá que anotarse de nuevo
La funcionaria anticipó que quienes cobraron el bono de $10.000 en su primera emisión no necesitarán anotarse otra vez para cobrar el refuerzo, que el universo de beneficiarios sería el mismo que ya accedió a la primera ronda. “No hay que inscribirse, el que cobró, va a volver a cobrar”, señaló.
Para el primer pago del IFE, la Anses procesó la información de más de 13 millones de personas que derivó en el padrón final de 8,3 millones de beneficiarios y que el Gobierno cree haber llegado a “la enorme mayoría” de las familias que carecen de otro ingreso para enfrentar la parálisis económica de la pandemia.
2) Cronograma de pagos
La titular de Anses, Fernanda Raverta, afirmó que en la primera tanda del bono fue “confuso ir a cobrar”, por lo que “la idea es simplificar el cronograma”. En ese sentido afirmó: “Nuestra misión es que sea un cronograma prolijo, pero que sobre todas las cosas no se agolpe gente en la calle. Nuestra misión es hacerlo paulatino y ordenado”.
Según explicó la funcionaria, el cronograma de pago se pondrá en marcha el próximo 8 de junio mediante el pago a aquellos receptores de la Asignación Universal por Hijo (AUH), que recibirán ambos beneficios en forma conjunta. Esa etapa se extenderá hasta el 22 de junio, según el siguiente cronograma:
Posteriormente, entre el 23 de junio y el 6 de julio, se estableció que cobrarán quienes puedan informar una Clave Bancaria Uniforme (CBU) para poder recibir el pago en una cuenta bancaria. Y luego, se comenzarán a pagar los $10.000 a aquellos beneficiarios no bancarizados.
3) Bancarización de los beneficiarios
Aquellos beneficiarios que no tengan la posibilidad de cobrar a través del banco, además de recibir los $10.000 podrán recibir un CBU, para que no solo estén incluidos ante la emergencia sino que también queden bancarizados y reciban inclusión en todos los sentidos.
“Nuestra intención es llegar al 100% de los beneficiarios con los $10.000 y con una cuenta bancaria”, sostuvo Raverta.
4) Previsibilidad para evitar aglomeraciones y contagios de Covid-19
Desde la Anses se hizo especial foco en que el cronograma debe brindar seguridad sanitaria a quienes fueran a cobrar, en clara referencia –aunque sin mencionarlo– a lo ocurrido el pasado 3 de abril, el “viernes negro”. Ese día, en plena cuarentena, las sucursales bancarias recibieron aglomeraciones de público que aspiraban a retirar el dinero de su jubilación y del IFE. Desde distintos sectores, se culpó a la Anses, entonces presidida por Alejandro Vanoli, de la superposición de pagos.
“Nuestra misión es que no se agolpe gente en la calle”, dijo Raverta. “Vamos a armar un cronograma inteligente”, repitió, que no genere “riesgos en materia sanitaria”. A la vez, recordó las dificultades que trajo en marzo para la implementación de los pagos el hecho de que la totalidad de las sucursales bancarias estuvieran cerradas.
5) No habrá nuevos beneficiarios
Desde la Anses se encargaron de dejar en claro que la base de beneficiarios no se ampliará. Recordaron además que para el primer pago del IFE, procesaron la información de más de 13 millones de personas que derivó en el padrón final de 8,3 millones de beneficiarios y que el Gobierno cree haber llegado a “la enorme mayoría” de las familias que carecen de otro ingreso para enfrentar la parálisis económica de la pandemia.
Cabe recordar que el cobro del IFE les corresponde a trabajadores y trabajadoras informales o de casas particulares y a monotributistas sociales o de las categorías A y B que cumplan con los siguientes requisitos: ser argentino nativo o naturalizado y residente, con una residencia legal en el país no inferior a 2 años; tener entre 18 y 65 años de edad; que el titular o su grupo familiar no tengan ingresos provenientes de una prestación de desempleo, jubilaciones, pensiones o retiros contributivos o no contributivos nacionales, provinciales, municipales o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de planes sociales nacionales, provinciales o municipales, o de salario social complementario.
Fuente: Infobae