En el mes de septiembre todas las jubilaciones y pensiones del sistema previsional nacional subirán un 12,22%. Así, el haber mínimo será de $12.937,22 y el máximo, de $94.780,42. La recomposición se hará según lo dispuesto por la ley de movilidad, que contempla una fórmula que incluye como variables a la inflación y la evolución de un grupo de salarios. Para el tercer aumento nominal del año (los dos anteriores fueron en marzo y junio) la fórmula arroja un ajuste de 12,22%, tal como había anticipado La Nación y tal como el Gobierno oficializará mañana, a través de una resolución de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) que se publicará en el Boletín Oficial, según indicaron fuentes del organismo.
La medida también tiene impacto sobre los montos de las asignaciones por hijo que cobran los trabajadores en el sistema laboral formal y alcanza a las pensiones no contributivas y a la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que equivale a 80% del haber mínimo (con lo cual, es un ingreso mensual que se eleva a $10.349,78). La suba no se aplicará, en cambio, en el caso de la asignación universal por hijo (AUH), porque en este caso el Gobierno había anticipado en marzo los aumentos previstos en principio para todo este año (en ese tercer mes del año se aplicó un alza del 46%).
Con el reajuste de septiembre, los haberes acumularán un alza de 38,97% en los primeros nueve meses del año. El aumento será de 49,78% si se comparan los números con los de un año atrás. Según las comparaciones que es posible hacer hasta ahora, al mes de junio las jubilaciones acumulaban una recomposición de 23,84% en lo que iba del año, contra una inflación de 22,4% (lo que arrojaría una recuperación de 1,2% de poder de compra en el período); a la vez, los índices dan cuenta de una mejora nominal de 42,39% entre junio de 2018 e igual mes de 2019, un período en el que la inflación fue de 55,8% (lo cual determina una pérdida de poder adquisitivo de 8,6%).
En 2018 los haberes previsionales y los otros ingresos cuyos aumentos se definen por la ley de movilidad sufrieron una caída del poder adquisitivo de 13%. Este año, la medición de punta a punta revertiría esa tendencia: la inflación esperada por los economistas para todo 2019 ronda el 40%, según las proyecciones publicadas por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publica el Banco Central. Las jubilaciones, en tanto, tendrán una recomposición acumulada (entre los cuatro incrementos del año) no inferior al 50%, algo que ya es posible estimar dados los índices de inflación y de salarios de parte del segundo trimestre del año, que son las variables que definirán de cuánto será la suba del mes de diciembre.
Junto con el aumento de haberes, subirán también en septiembre los aportes previsionales de los trabajadores autónomos y de los asalariados de ingresos más altos, todo en un 12,22%. El tope salarial para calcular los aportes personales a la seguridad social, de hecho, se elevará a $146.246,86.
La fórmula de movilidad que se aplica desde 2018 tiene en cuenta el 70% de la inflación acumulada en un trimestre más el 30% de la variación registrada por la Remuneración Promedio Imponible de los Trabajadores Estables (Ripte). Los datos que se observan tienen un rezago de seis meses (por ejemplo, el ajuste de septiembre se determina según lo ocurrido entre enero y marzo). Y, por eso, en un escenario de inflación en alza el resultado es una pérdida de poder adquisitivo de quienes perciben los ingresos. En cambio, con índices de precios que tienden a aliviar su nivel de incremento, se produce una mejora en los ingresos medidos en términos reales.