La pandemia de coronavirus y la cuarentena afectaron de forma directa en la dinámica sexual de las parejas, quienes tuvieron que adaptarse rápidamente a una nueva normalidad y se encontraron frente a una convivencia obligada las 24 horas del día. Lo curioso es que, frente a esta situación tan particular, muchas personas encontraron una nueva forma de romper con la monotonía del hogar: la infidelidad virtual.
Los datos lo demuestran: Según Gleeden -plataforma de encuentros extraconyugales- hubo un incremento de un 160% en conexiones y altas a nivel mundial en los últimos 6 meses. Además, registraron un aumento considerable en el promedio de conexiones, que pasó de 2 horas a 3. Con respecto al tráfico de usuarios, desde la plataforma afirman que el mismo continúa siendo a la noche, aunque se han incrementado las conexiones a primera hora de la mañana y durante el mediodía. Muchos usuarios aprovechan los pocos momentos de intimidad que disponen para recurrir al sexting.
“El tiempo y la novedad han sido considerados grandes aliados del placer sexual”, afirma el psicólogo y especialista en sexología, Federico Rinaldi. “Sin embargo, este escenario no pareciera ser funcional para muchas parejas, quienes a pesar de contar con más tiempo juntos en una situación novedosa, invierten toda su libido en los problemas convocados por el contexto”.
Y finaliza: “Si bien varios vínculos han logrado acomodarse, explorar y explotar su sexualidad y su intimidad, otras tantas, producto de los estresores pandémicos, han quedado en un estado de hiperalerta que funciona en detrimento de su salud sexual y emocional. El temor sostenido y la incertidumbre sin horizonte apagan nuestros deseos eróticos y alimentan el distanciamiento emocional en la pareja”.
Esto explicaría por qué muchas personas empezaron a probar nuevos hábitos y encontraron en la infidelidad virtual un recurso para divertirse, generar encuentros con otros usuarios y revivir la adrenalina perdida luego de tantos meses de encierro.