Es viral el caso del cuerpo de Carlo Acutis, exhumado el 1 de octubre en vistas a su próxima beatificación. Las imágenes muestran al difunto en 2006 como si no hubiera sufrido descomposición alguna, pero ¿se trata de un caso de muerte incorrupta?
El joven de 15 años, conocido como el “ciberapóstol de la Eucaristía”, será declarado beato el 10 de octubre en Asís, Italia. Yace vistiendo jean y camiseta con un rosario en las manos desde que una leucemia le quitó la vida hace 14 años.
Muchas personas en las redes sociales aseguran, en base a las imágenes difundidas, que se trata de un caso de restos incorruptos, pero P. Carlos Acácio Gonçalves Ferreira, rector del Santuario del Despojo, negó los rumores al asegurar que el cuerpo de Acutis “se encuentra en un estado muy íntegro, no intacto, pero íntegro. Conserva todos los órganos”.
También indicó que “se han hecho trabajos sobre el rostro, y es bonito que por primera vez en la historia se pueda ver a un santo vestido con pantalones jeans, zapatillas de deporte y sudadera. Eso es un gran mensaje”. “Podemos sentir su santidad no como una cosa lejana, sino como algo al alcance de todos porque el Señor es Señor de todos”, agregó.
El Santuario de la Expoliación en Asís permanecerá abierto al público hasta el 17 de octubre para que los fieles que lo deseen puedan venerar los restos mortales.
Carlo nació en 1991 y a los 7 años hacer la primera Comunión lo hizo enamorarse de Jesús en la Eucaristía, a la que llamaba “mi autopista hacia el Cielo”. Iba a misa y rezaba el rosario todos los días.
De adolescente, dividía su tiempo entre estar con su familia y amigos y ayudar a las personas sin hogar, como voluntario en comedores populares y catequista. También lo apasionaba la informática.
En 2006 enfermó gravemente de leucemia. Vivió su padecimiento con serenidad y confianza en Dios. El 12 de octubre de ese año, a los 15 años de edad, Carlo murió en Italia. Luego de expresar su voluntad de ser sepultado en Asís.
En el 2013 la arquidiócesis de Milán inició su proceso de beatificación, que fue confirmada por el Papa Francisco a comienzos del 2020