Come 200 gramos de talco desde los 15 años todos los días

En el condado de Devon, en  Reino Unido, una mujer de 44 años, identificada como Lisa Anderson, tiene una extraña adicción que causó una gran conmoción entre quienes se enteraron de esta noticia: no puede dejar de comer talco para bebés.

Esta particularidad comenzó cuando atendía a su quinto bebé, hace 16 años, cuando comenzó a consumir talco Johnson’s Baby Powder.

“Había un poco de polvo que había salido de la parte superior de la botella. Tuve la repentina urgencia de comerlo y simplemente no pude luchar contra él. Simplemente lo lamí de mi mano y realmente lo disfruté”, contó la mujer.

Anderson aseguró que es capaz de ingerirse una botella completa de 200 gramos en un día y suele levantarse cuatro veces durante la noche para comerlo.

“Me parece un poco extraño, pero tiene un sabor jabonoso agradable. Recuerdo que realmente me atrajo su olor. Ahora no puedo prescindir de él. Subo y tomo algo cada media hora. Realmente no puedo pasar media hora sin eso”, relató.

La mujer mantuvo ese secreto por diez años, hasta que su expareja la descubrió en el baño de su vivienda.

Según reveló, durante todos estos años gastó más de 10 mil dólares por su adicción.

“El tiempo más largo que he pasado sin él fue de dos días. Ese fue el peor momento de mi vida. Lo odiaba”, contó.

Síndrome de pica

Luego de tanto tiempo de adicción, Lisa se animó a pedir ayuda profesional. Los médicos creen que padece de un raro trastorno alimenticio denominado “Pica”, que se caracteriza por una compulsión por comer artículos no alimenticios, como pintura, polvo, tierra y suciedad.

El polvo de talco se considera venenoso cuando se inhala o se come, y hace algunos meses ha estado envuelto en una controversia por causar potencialmente cáncer en mujeres que han usado el producto en su piel durante años. Pero ella no puede resistirse.

Los problemas respiratorios son el efecto secundario más común, así como la tos y la irritación ocular.

“A pesar de hacer esto durante años y años, me senté a principios de este año y pensé que esto simplemente no puede ser normal. A mi pareja no le gusta que lo haga por los vínculos que tiene con el cáncer y el impacto que podría tener en mi salud. Me conecté a Internet e hice mi propia investigación, luego decidí ir a mi médico de cabecera”, expresó.


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