Así como en la Tierra tenemos cadenas montañosas que separan un territorio de otro, el Sistema Solar también tiene una barrera que demarca dos zonas muy distintas.
Esta división está ubicada entre Marte y Júpiter y, en un reciente estudio, los científicos se refieren a ella como la “Gran brecha”.
Esa frontera marca lo que se podría comparar con dos continentes distintos.
De un lado está el continente de los llamados planetas terrestres: Mercurio, Venus, Tierra y Marte.
Estos planetas, los más cercanos al Sol, son calientes, rocosos y están llenos de metal.
Al otro lado de la frontera está el continente de los planetas jovianos, que toman su nombre de Júpiter y que junto a él son Saturno, Urano y Neptuno.
Estos planetas, a diferencia de los terrestres, son gaseosos, helados y ricos en materiales carbónicos.
Así, la composición química del grupo de planetas a uno y a otro lado de la brecha es muy diferente, ya que debido a la división se formaron a partir de una mezcla de materiales muy distinta. Es como si a un lado de la frontera fuera un bosque, y al otro un desierto.
“Eso es una diferencia profunda”, le dice a BBC Mundo Stephen Mojzsis, profesor de ciencias biológicas en la Universidad Colorado Boulder, y autor de la investigación que cambia lo que hasta ahora se sabía sobre lo que el llama la Gran brecha.
¿Qué es la Gran brecha?
Entre Marte y Júpiter hay una región conocida como el “Cinturón de asteroides”.
Se calcula que esta franja puede tener millones de asteroides, pero más allá, al llegar a la órbita de Júpiter, hay una región de espacio vacío: esa es la Gran brecha.
Pero ¿cómo se creó esa franja que divide al sistema solar en dos regiones tan distintas? ¿y qué ocurre en esa zona que actuó como un muro que no permitió que los materiales que formaron a los planetas pasaran de un lado a otro?
Durante muchos años se pensó que la formación de Júpiter era la responsable de existencia de la barrera.
El planeta es tan gigantesco que quizás actuaba como un imán gravitacional que impedía el paso de material.
Es como si fuera un guardián que frenaba el paso de cuerpos sólidos de un lado a otro de la frontera durante la formación de los planetas. Eso explicaría las diferencias entre los componentes de los planetas en cada grupo.
Mojzsis, sin embargo, afirma que su estudio revela que Júpiter no es el responsable de la barrera.
Mediante simulaciones de computador, Mojzsis y su equipo calcularon que aunque Júpiter es enorme, durante su etapa de formación no era lo suficientemente grande como para bloquear el flujo de cuerpos rocosos.
“Comprobamos que Júpiter es un guardián muy ineficiente“, dice. “En realidad deja pasar mucho material”.
Pero si no es la fuerza de atracción de Júpiter ¿entonces cuál es el origen de la brecha?
Presiones altas y bajas
La investigación de Mojzsis sugiere que durante la formación del Sistema Solar se creó una estructura en forma de anillo de gas y polvo alrededor del Sol, la cual creó las dos regiones.
Mediante observaciones del telescopio ALMA, en Chile, Mojzsis observó que muchas estrellas distantes están rodeadas por discos de gas y polvo.
Así, el científico concluyó que si un anillo similar existió hace miles de millones de años en nuestro Sistema Solar, pudo ser el responsable de la aparición de la Gran barrera.
Según la investigación de Mojzsis, este anillo creaba un sistema de presiones altas y bajas que separaba los materiales que formarían los planetas.
Una barrera porosa
Pero la Gran barrera no es infranqueable, y eso tiene importante implicaciones para la aparición de la vida en la Tierra.
A pesar de la diferencia de presiones, algunos materiales lograban pasar de un lado a otro de la barrera, y esos intrusos jugaron un papel clave en la formación química de nuestro planeta.
Entre los fugitivos que lograron cruzar la frontera hubo materiales ricos en carbono, que a su vez ayudaron a la formación de agua y a la evolución del planeta que hizo posible la vida. El resto de la historia ya lo conocemos…