Desde que comenzaron los incendios, Australia parecería ser el lugar que daría inicio al fin del mundo, si esta dramática realidad fuera una película. Primero fueron las llamas del peor incendio forestal que se haya vivido en décadas, que arrasó con 11, 2 millones de hectáreas, 28 personas y 1.000 millones de animales muertos. Luego de los incendios y las inundaciones, fueron las tormentas de polvo con muros de al menos 10 pisos de altura las que azotaron la región. Inmediatamente después, 24 horas más precisamente, llegó una tormenta eléctrica con granizos del tamaño de pelotas de golf. Australia parece ser el ejemplo de la crisis climática en su máxima expresión.
11, 2 millones de hectáreas quemadas, 28 personas y 1.000 millones de animales muertos provocaron los incendios.Luego vinieron las inundaciones, . las tormentas de polvo con muros de al menos 10 pisos de altura y tormentas eléctricas con granizos del tamaño de pelotas de golf.
Gracias a los focos que se produjeron en diferentes zonas del país, la temporada de incendios no fue la única destructiva con el territorio australiano. Los distintos desastres climáticos se apoderaron de sus días y noches, convirtiendo al país de Oceanía en el inicio de un posible inminente apocalipsis. Desde el mes de octubre que los desastres provocados por los incendios llevaron a la muerte de casi treinta personas, mil millones de animales, como así también a la destrucción de más de 2 mil casas donde cientos de miles de australianos debieron ser evacuados: Los Incendios, las inundaciones, las tormentas eléctricas, de polvos y de granizo, pusieron en evidencia la gran crisis climática.
Hasta algunos días atrás, ya eran 11,2 millones de hectáreas las que ardieron,. Desde noviembre que los territorios australianos enfrentan incendios en el que casi un tercio de los koalas en Nueva Gales del Sur murieron, y otro tercio de su hábitat fue destruído.
Tras una sequia atroz, el 15 de enero lluvias torrenciales y tormentas eléctricas cayeron en algunas regiones del país. Si bien las tormentas aliviaron en parte el trabajo de los bomberos que desde hace meses luchan contra las devastadoras llamas, también tienen sus riesgos, como los son los rayos, que tras su impacto podrían provocar nuevos incendios.
Se reportaron grandes daños y algunos edificios quedaron sin energía eléctrica producto de las tormentas. Este lunes una lluvia de granizos disparó contra el sureste de Australia. Granizos de un tamaño similar al de las pelotas de golf, rompió parabrisas y ventanillas de autos en el Camberra. El granizo fue lo suficientemente grande como para también herir pájaros y animales.
Algunas horas antes al granizo, una serie de tormentas de polvo sacudió al país, donde una nube de unos 200 km de ancho cubrió Nueva Gales del Sur. El polvo llegó a cubrir casi totalmente a poblaciones como Dubbo, Broken Hill, Nyngan y Parkes.
En distintos videos se pudo ver la imágenes captadas por la gente como si fueras escenas del cine catástrofe. Al parecer, la tormenta de polvo fue producto de vientos de más de 100 kilómetros por hora, que pasaron por encima de los suelos agrícolas que fueron afectados por los recientes incendios en la zona central de Nueva Gales del Sur, según informó un medio local.
La inmensa nube estuvo durante horas cubriendo el cielo y llegó a dar una sensación de noche eterna, en medio de imágenes apocalípticas.
La capital australiana, Canberra, fue la que vivió una “histórica tormenta de granizo”. El imaginario alivio que llevaron las lluvias en los últimos días, dejó temor por los efectos de las inundaciones y los episodios de clima extremo, que podrían extenderse por estos días a Sydney y Newcastle.
Tras las lluvias torrenciales, en Victoria se produjeron más de 1.500 llamadas de emergencia por las inundaciones el último fin de semana. Las autoridades de protección civil alertaron sobre los riesgos de caídas de árboles y corrimientos de tierra en las zonas afectadas por los incendios. En el Australian Reptile Park, donde se encuentra gran parte de los koalas rescatados de los incendios, ahora debieron protegerlos de los cocodrilos a causa de las inundaciones.
Así mismo, las tormentas de polvo dispararon nuevas alertas sobre el efecto dominó de los desastres naturales causados por las extremas temperaturas en Australia y por una de las más largas sequías en una de las zonas con mayor riqueza natural del país.
“El sureste de Australia está en llamas por una sencilla razón: la temperatura en la Tierra está aumentando. Lo que está ocurriendo debería servirnos para despertar: estamos en el verdadero momento de crisis del cambio climático”, alertó el naturalista británico David Attenborough.