Inició el histórico encuentro donde, por primera vez, las altas autoridades eclesiásticas, escucharon testimonios de víctimas de abusos por parte de sacerdotes.
El Papa sostuvo que “tenemos que discutir juntos, de manera sincera y profunda, sobre cómo afrontar este mal que aflige a la Iglesia y a la humanidad (…) el santo pueblo de Dios nos mira y espera de nosotros no simple y descontadas condenas, sino medidas concretas y eficaces”.