Un día después de que la justicia estadounidense acusara a la Iglesia de haber encubierto a unos 500 curas abusadores en el estado de Illinois, el Papa Francisco aseguró hoy que la Iglesia “nunca más encubrirá o subestimará” los casos de abusos por parte del clero y que “no se cansará de llevar a los abusadores a la Justicia”.
El Papa aprovechó el discurso que pronunció ante la Curia para la tradicional felicitación de las fiestas navideñas, para lanzar un duro discurso ante las jerarquías eclesiales y en esta ocasión lo dedicó a dar un ultimátum por los abusos por parte del clero.
Las frases más resonante de su dicurso:
“La Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes”, sostuvo.
“La Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso”.
“Conviértanse y entréguense a la justicia humana, y prepárense para la justicia divina”.
“Por ligereza, por incredulidad, por falta de preparación, por inexperiencia o por superficialidad espiritual y humana, han tratado muchos casos sin la debida seriedad y rapidez”.
“Nunca debe volver a suceder. Esta es la elección y la decisión de toda la Iglesia“.
“Hombres consagrados, que abusan de los débiles, valiéndose de su poder moral y de la persuasión, cometen estas abominaciones y siguen ejerciendo su ministerio como si nada hubiera sucedido; no temen a Dios ni a su juicio, solo temen ser descubiertos y desenmascarados”.
“Desgarran el cuerpo de la Iglesia, causando escándalo y desacreditando la misión salvífica de la Iglesia y los sacrificios de muchos de sus hermanos”.
“A menudo, detrás de su gran amabilidad, su labor impecable y su rostro angelical, ocultan descaradamente a un lobo atroz listo para devorar a las almas inocentes”.
“Se buscará transformar los errores cometidos en oportunidades para erradicar este flagelo no solo del cuerpo de la Iglesia sino también de la sociedad”.
“La Iglesia no se limitará a curarse a sí misma, sino que tratará de afrontar este mal que causa la muerte lenta de tantas personas, a nivel moral, psicológico y humano”.
Y agradeció a todos los medios que “han sido honestos y objetivos y que han tratado de desenmascarar a estos lobos y de dar voz a las víctimas”.
“Incluso si se tratase solo de un caso de abuso -que ya es una monstruosidad por sí mismo- la Iglesia pide que no se guarde silencio y salga a la luz de forma objetiva, porque el mayor escándalo en esta materia es encubrir la verdad”, dijo.
Instó a todos a ayudar a la Iglesia “en su difícil tarea, que es reconocer los casos verdaderos, distinguiéndolos de los falsos, las acusaciones de las calumnias, los rencores de las insinuaciones, los rumores de las difamaciones”.