Según informes de ONG que se dedican a trabajar brindando ayuda humanitaria, la mayoría de las venezolanas que han emigrado a tierras colombianas trabajan en la prostitución para poder sobrevivir.
A su vez, varios hombres también lo hacen: se trata de matrimonios donde, por lo general, las mujeres trabajan de día y ellos de noche o ambos lo hacen en la madrugada. Estas modalidades son para cuidar a los hijos.
En otros casos, los hombres van a la plaza donde son contratadas sus mujeres y cuidan a los hijos mientras ellas trabajan. O entre ellas mismas rotan para cuidar a sus hijos: mientras unas brindan su servicio y luego las otras cuidan a los suyos.
La alta demanda de venezolanas en este oficio se debe a su bajo costo: van de U$S1,60 (aproximadamente $72) a U$S3,20 ($144) mientras que las colombianas cobran U$S15 ($675).
Otro dato que a alarmado a las ONG, según a publicado BBC Mundo, es el de las adolescentes menores de edad que han empezado con este oficio al cruzar la frontera colombiana.
Varias de ellas a través de la trata de personas: el 27% a señalado que personas que no conocen les ofrecían, mientras aún vivían en Venezuela, trabajo en Cúcuta.
Esto a supuesto, también, mal trato y violaciones tanto de menores como de mayores de edad.