¿Puede el café enmudecer a nuestros líderes?

cup of coffee (or tea) with steam on black background

Acaban de terminar dos campañas políticas en San Juan, en una elegimos intendentes, diputados provinciales y concejales y en la última gobernador y vicegobernador. Estamos camino a las elecciones primarias de cargos nacionales para elegir candidatos a diputados y senadores, además de presidente y vicepresidente. Luego habrá una elección general. Si llega a haber segunda vuelta en la elección presidencial, los sanjuaninos terminaremos este año con cinco asistencias al cuarto oscuro.

Detrás de cada elección hay hombres y mujeres, sueños, proyectos, aventuras y esperanzas. En cada elección, hay candidatos que hacen el mayor esfuerzo para llegar a nosotros, para que su mensaje nos llegue. Para eso hoy necesitan de un buen equipo, ya que las formas han cambiado: antes con un panfleto, una pasacalles y un altoparlante alcanzaba, pero hoy hay cuatro redes sociales, todas distintas, correo electrónico, medios de comunicación y hasta el sistema de mensajería WhatsApp.

“El arte de la comunicación es el lenguaje del liderazgo” decía James Humes, quien fue redactor de discursos presidenciales y entendía que para ser un buen líder hay que saber comunicar. ¿Saben nuestros líderes cómo comunicar?

El saber comunicar no solo se limita a la expresión verbal en un discurso, hoy el mensaje debe adaptarse al público de Facebook, Twitter, Instagram, Tik Tok. Diversificar el mensaje para los distintos públicos de cada una de las plataformas.

Supongamos que de esas muchas personas que fueron candidatos este año, hubo algunos que lograron esa conexión con sus votantes y fueron elegidos para desempeñar un cargo de representación. Asumirán el 10 de diciembre y a partir de ese momento algunos cambian radicalmente, no responden sus mensajes de WhatsApp, cuando en campaña entregaban su número a todo el mundo, no responden sus mensajes de Facebook o Instagram, tampoco sus correos electrónicos, excusándose que ya no tienen “tiempo”, porque el cargo que asumieron les consume todo su día. Lo peor de todo: nunca están disponibles cuando una persona o institución tienen una inquietud o debe seguir un derrotero burocrático que consiste en hablar con 4 o 5 personas para lograr una audiencia. ¿Es el mismo líder que enamoró a sus votantes en la campaña?

Lamentablemente durante las campañas políticas encontramos a líderes que se esfuerzan por comunicar, se ganan a sus electores, pero esos mismos son quienes después dejan de lado a los ciudadanos quitándoles de sus agendas. 

¿Qué cambia en las personas que en campaña se comunicaban de una forma más espontánea y siempre tenían tiempo; a aquella que luego de asumir el cargo anula sus formas de contacto con quienes lo eligieron?

“El arte de la comunicación es el lenguaje del liderazgo” es la frase que citamos y es la que tiene la respuesta a nuestro interrogante. Las personas no cambian con un cargo, tal vez esa que vimos en campaña no era la auténtica, conocimos su puesta en escena, su mejor actuación. El verdadero líder es aquel que en campaña y desempeñando un cargo se comunica con sus votantes, con sus vecinos y vecinas, les atiende siempre el teléfono por más ocupado que esté, les responde sus mensajes y comentarios en redes sociales y lo más importante: tiene tiempo, aunque realmente esté ajustado y tenga mil cosas por hacer, pero sabe dónde está la importancia de la comunicación, de esa línea directa que su liderazgo establece con las personas.

Los votantes debemos siempre ver más allá, identificando estas realidades para no ser engañados en una campaña y luego nunca más recibidos por aquel que hasta golpeó la puerta de nuestras casas y cuando asumió nunca más nos atendió. 

No olvidemos que, en los pequeños actos, está la grandeza de un líder.

*El autor es Wilfredo Romero, periodista, editor del diario digital Infocaucete.

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