Ante el juez Benedicto Correa (Quinto Juzgado de Instrucción), el maquinista Juan Carlos Chamorro (59) admitió que mantuvo relaciones con ella cuando tenía 13 años, pero no por haberla violado sino porque ella lo buscó. Ejemplificó diciéndole que la primera vez se le metió a la cama, desnuda. También dijo que estaba enamorada de él y lo seguía a todas partes. Tan creíble intentó parecer, que al magistrado también le aseguró que él vivía en la casa de la niña porque sus padres se lo permitían, que sabía que estaba embarazada porque ella se lo contó y que la madre de la menor también estaba enamorada de él, según cuenta hoy Diario de Cuyo.
Para el juez sin embargo, las pruebas demostraron que el relato de Chamorro no eran más que un remanido intento defensivo. Y destacó testimonios que lo complicaban, como el de la madre de la nena, que calificó como una locura los dichos del imputado, además de negar que viviera con ellos. Solo admitió haberle permitido una vez quedarse, pero fuera de la casa, bajo un tinglado.
Lo que en realidad tenía permitido era entrar a la casa a dejar, para mejor resguardo, la máquina de la ripiera en la cual trabajaba junto con el padre de la víctima, en Pocito. De ahí fue que se conocieron y entablaron una suerte de amistad, que terminó en los insospechados abusos.
Los testimonios más contundentes contra el maquinista fueron el de la propia niña y el de una psicóloga que la entrevistó. La profesional calificó el relato de la menor como creíble y, además, aseguró que percibió en ella un significativo estrés postraumático (…) con vivencias de trauma, angustia, tristeza, rechazo manifiesto a la temática del embarazo, sentimiento de vulnerabilidad, miedo y derrumbe emocional”, según consta en el expediente.
Todo se descubrió el 14 de mayo pasado, cuando la mujer quiso saber porqué su hija no menstruaba, la llevó a un centro de salud y casi se cae de espaldas cuando le dijeron que tenía 7 meses de embarazo (según fuentes judiciales la criatura ya nació). Ya en su casa, interrogó y su hija le contó que Chamorro le había hecho “cosas feas” al menos cuatro veces cuando entraba a dejar la máquina.
Recordó dos episodios nítidos: uno ocurrido una madrugada cuando se levantó al baño. Y otro cuando jugaba con sus hermanitos y el maquinista la tomó de sus manos y la llevó a un lugar de la casa donde habían ladrillos, siempre amenazándola con matarla o matar a su familia si decía algo.
El 21 de mayo la mujer denunció el caso en el ANIVI. Y junto a su marido aportaron el domicilio de Chamorro en Rawson, donde el sujeto finalmente fue capturado.
Ahora seguirá preso, porque el magistrado consideró probado que es autor de los graves delitos sexuales contra la menor y le dictó prisión preventiva, dijeron fuentes judiciales. El fallo aún puede ser apelado ante un tribunal superior.