Una mujer de 36 años fue detenida en la madrugada del martes acusada de profanar una tumba en el cementerio de la ciudad cordobesa de San Francisco. La principal hipótesis del caso apunta a una “brujería por encargo”.
Cuando llegó la policía tras un llamado al 911 encontró a la mujer arrodillada y con una tijera de podar en la mano en una zona alejada del sector de nichos y mausoleos que tiene el predio religioso ubicado en el barrio 9 de septiembre.
La macabra postal la completaba una pala, tierra removida alrededor de la sospechosa y la tapa de un féretro abierto. En el interior del cajón estaba el cuerpo en descomposición de una mujer, a la cual le había amputado los dedos índices de las manos.
Según detalló una fuente cercana a la causa al diario La Voz, la mujer detenida es una vecina de la zona, exempleada de una empresa tercerizadora de limpieza y una ART, y tras el incidente fue imputada por el delito de daño calificado y enviada en primera instancia al área de Salud Mental del Hospital Iturraspe.
El caso es investigado por el fiscal Oscar Gieco, de los tribunales de San Francisco, quien entre las primeras medidas ordenó secuestrar la tijera de podar, una pala de punta y un teléfono celular marca Samsung J7 que tenía en su poder la imputada cuando la descubrieron in fraganti.
Para los investigadores, el hecho estaría vinculado a una “brujería por encargo”. No obstante, pese a lo tétrico del caso, el robo de cadáveres en cementerios no es considerado un delito en la Argentina.
“Nuestro Código Penal hace alusión a la sustracción de cuerpos pero sólo si es extorsiva, es decir, si se pide dinero a cambio”, explicó una fuente judicial al mismo medio, cuando hizo hincapié a la Ley N° 11.179, que en su artículo 171 dice que “sufrirá prisión de dos a seis años el que sustrajere un cadáver para hacerse pagar su devolución”.