La Justicia otorgó el arresto domiciliario a Lázaro Báez en su casa del country Ayres de Pilar, pero los vecinos del barrio impidieron su ingreso con una fuerte protesta, que incluyó huevazos y piedrazos contra la policía y los penitenciarios.
“No están dadas las condiciones de seguridad para que cumpla el arresto en su casa de Pilar”, dijo anoche un funcionario que siguió el periplo de Báez desde que dejó el penal de Ezeiza hasta el barrio cerrado. Pasadas las 22.30, el empresario regresó a la cárcel federal de Ezeiza y hoy su defensa y las autoridades judiciales evaluarán cómo resolver el asunto.
Báez estuvo detenido con prisión preventiva durante cuatro años y cinco meses. El Tribunal Oral Federal Nº 4, integrado por los jueces Néstor Costabel, Daniel Obligado y Jorge Gorini, le concedió la prisión domiciliaria, en cumplimiento de un fallo emitido ayer por la Cámara Federal de Casación Penal, que consideró el tiempo que llevaba preso sin condena, el hecho de que los fiscales no se opusieron a su libertad y que ya tenía el arresto domiciliario concedido.
A las 19.10, Báez, en una camioneta del Servicio Penitenciario Federal, dejó el penal acompañado por otra camioneta con fuerzas especiales como custodia y un auto con sus abogados. Pero al llegar al barrio cerrado Ayres del Pilar los estaba esperando un grupo de unos 50 vecinos con pancartas, carteles y banderas argentinas para impedir que Báez se quedara a vivir allí.
El empresario es dueño de una casa y dos lotes en el barrio cerrado. El convoy con el preso trató de entrar por la puerta lateral del country y no pudo, y tampoco logró hacerlo por la entrada principal.
En dos ocasiones los vecinos rechazaron el ingreso de la caravana y arrojaron piedras y huevos contra los vehículos. Le pegaron un piedrazo y rompieron el parabrisas de la camioneta que llevaba a Báez en su interior. El preso estaba sentado en la parte trasera, vestía una campera roja, un chaleco antibalas y un casco antimotines, y llevaba barbijo.
Los vehículos lograron superaron el portón después de un tercer intento, cerca de las 21, pero los manifestantes -sentados en el suelo el interior del country- impidieron que el vehículo de Báez avanzara y el preso descendiera en su casa. Luego de unos minutos, la comitiva abandonó el country, con destino desconocido.
Cerca de las 22.10, la camioneta del Servicio Penitenciario con Báez ingresó en el penal de Villa Devoto en la ciudad de Buenos Aires.
La intención de la Justicia era controlar al empresario con tobillera electrónica de seguridad. Debió regresar a Ezeiza y se evaluará hoy otro domicilio para el arresto.
Báez fue excarcelado en la causa conocida como “la ruta del dinero K”, el principal caso que avanza en su contra, y tenía otorgada la prisión domiciliaria en un desprendimiento de ese expediente (la causa El Entrevero), pero el Tribunal Oral Federal 4, que lo juzga por otra acusación diferente, el caso M&P, se había opuesto a que ese arresto domiciliario se hiciera efectivo e indicó que lo mantenía en prisión.
Hasta que ayer la Cámara Federal de Casación, con las firmas de Mariano Borinsky y Javier Carbajo, le planteó al tribunal que la domiciliaria estaba firme y debía cumplirse. Los camaristas sostuvieron que con el nuevo Código Procesal Penal el tribunal no puede mantener a un acusado detenido cuando ni los fiscales ni la querella se oponen a que deje la cárcel, como pasó en este caso (Abel Córdoba y Javier De Luca, los fiscales que intervienen en el expediente, habían aceptado la salida de Báez en estas condiciones).
El TOF 4, en desacuerdo con lo dispuesto por la Casación, dijo en su fallo de ayer que no tenía otra alternativa que cumplir lo ordenado, pero que discrepaba con los camaristas. “No existe otra posibilidad más que hacer efectivo el arresto domiciliario dispuesto por el juzgado instructor”, escribió el tribunal.
“Hemos de destacar -añadieron- que no compartimos las críticas efectuadas por la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal a la resolución impugnada”.
El TOF 4 también rechazó, según precisó La Nación, “enfáticamente” lo que había dicho la defensa de Báez “en cuanto a que se encuentra detenido ilegítimamente” y les pidió a los abogados que se abstengan “de efectuar manifestaciones de tal tenor” o que hagan la denuncia. Detenido el 5 de abril de 2016 por orden del juez federal Sebastián Casanello en “la ruta del dinero K”, la causa en la que Báez es el principal acusado de un presunto lavado de casi 60 millones de dólares, el empresario pasó preso cuatro años, cinco meses y dos días, pero ayer se vio forzado a regresar tras las rejas.