Un hombre que abusó y asesinó a una niña de dos años, sufrió una violación en manada por parte de 50 presos cuando ingresó a la cárcel. Ahora pide desesperadamente que no lo regresen al penal para que no lo vuelvan a vejar.
A comienzos de este año se dio a conocer la noticia de que un hombre oriundo de la ciudad de Trujillo, en Perú, había abusado y asesinado a la hijastra de dos años de su hermano, junto a otro hombre.
Medios locales, como “La República”, señalaron en enero pasado que el abusador y asesino, Elman Elder Liñán Barreto, había confesado a la Policía la manera en la que habría llevado adelante el acto criminal por el que fue condenado a dos años de prisión.
Según relató, mientras nadie los observaba, había engañado a la pequeña con juegos para conducirla hacia un matorral para abusar sexualmente de ella, y posteriormente, arrojar el cadáver cerca del río Moche, en el interior de un pozo de seis metros de profundidad. Fue allí donde, precisamente, hallaron a Barreto junto al cuerpo sin vida de la niña.
Tras ser trasladado al penal “El Milagro” para cumplir su condena, se acrecentaron los rumores de un posible atentado contra la vida del acusado por parte de los presos, a modo de “venganza” por sus repudiables hechos.
Esto fue desmentido en los primeros meses del año por las autoridades penitenciarias, quienes aseguraron a “La República” haber desplegado un operativo de vigilancia para evitar que esto ocurriera. Y aclararon: “Como responsables del penal, sabemos de las amenazas y debemos garantizar el orden interno a fin de evitar denuncias de instituciones que velan por los derechos humanos o familiares de los reos”, apuntaron.