Un Policía Federal sanjuanino amenazó a una niña de 12 años con su arma

Un oficial de la Policía Federal irrumpió violentamente en una vivienda, amenazando con su arma reglamentaria a una niña.

Imagen Ilustrativa

Un grave hecho de violencia ocurrió en Chimbas, donde un oficial de la Policía Federal, Juan Ramón Aballay, reaccionó de manera extrema tras ser víctima de una estafa cibernética. Luego de que su conocido, un mecánico de la zona, sufriera el hackeo de su celular, los delincuentes comenzaron a solicitar dinero a los contactos de la víctima, incluyendo al oficial Aballay, quien cayó en la trampa y realizó una transferencia de dinero.

Al darse cuenta de que había sido estafado, el oficial perdió el control y se dirigió al complejo habitacional donde residía el dueño del teléfono hackeado. Primero, Aballay ingresó violentamente a una vivienda equivocada, pero rápidamente se dirigió a la casa contigua, donde residía la familia de la víctima.

Allí, el policía derribó la puerta de una patada y se encontró con tres menores de edad, de 12, 8 y 5 años, que se encontraban solas en la casa. La madre de las niñas había salido a comprar, mientras que el padre, dueño del teléfono hackeado, no estaba en el lugar. Aballay tomó a la niña de 12 años, le colocó su arma reglamentaria en la cintura y comenzó a interrogarla sobre el paradero de su padre. Luego, le apuntó a la cabeza y la obligó a recorrer la casa en busca del hombre.

Durante estos tensos momentos, el vecino que había sido agredido por error ya había alertado al 911. Poco después, la madre de las niñas regresó a la vivienda y se topó con la escena violenta. Minutos más tarde, efectivos de la Policía de San Juan llegaron al lugar y detuvieron al oficial Aballay en flagrancia.

La Unidad Funcional de Instrucción Genérica y la Comisaría 17 tomaron intervención en el caso. La fiscal Daniela Pringles, en declaraciones a Canal 8, confirmó que el arma del oficial estaba lista para ser disparada, con un cargador completo y otro adicional en el bolsillo del detenido.

El vínculo entre el agresor y la víctima del hackeo es laboral, ya que el hombre trabaja en un taller mecánico donde el policía suele llevar su auto. Juan Ramón Aballay ahora enfrenta cargos por amenazas coercitivas con el uso de arma de fuego y violación de domicilio, afectando a varias víctimas en el proceso. La víctima del hackeo también realizó la denuncia correspondiente, certificando el ataque cibernético que dio origen al violento incidente.

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