Ana María Rinaldi, víctima de uno de los casos de violencia de género más brutales de los últimos años, no tiene dudas y teme lo peor: “Estoy segura de que si sale libre va a venir a matarme“, dijo en diálogo con Infobae, luego de enterarse casi de casualidad que Fernando Raúl Galante, su ex pareja y el hombre que le hizo perder un embarazo de mellizos a golpes, que además la raptó y la violó, intentó negociar en la Justicia la posibilidad de un juicio abreviado para lograr una pena menor.
El horror que padece Ana desde 2017, cuando conoció a Galante en San Martín, parece interminable. Después de luchar en la Justicia para que accionaran contra su ex, el 2 de enero pasado recibió un llamado en el que le avisaban que el juicio oral contra Galante se adelantaba del 17 de marzo para el próximo 4 de febrero, apenas terminada la feria judicial. “Esto ya me hizo ruido porque no entendía el motivo de que cambiaran la fecha. Por eso, esta semana, cuando fui con uno de mis abogados, el doctor Jorge Irineo, nos enteramos que además el defensor público pidió el abreviado. Sobre esto no nos notificaron y lo supimos ahí. Es una locura porque de haber sido así, podría quedar quedar libre cuanto antes, ya que está preso desde 2018”, lamentó Rinaldi.
Galante, hoy preso en la Unidad N° 35 de Magdalena, está acusado de “lesiones leves agravadas por el vínculo, abuso sexual con acceso carnal, rapto y amenazas” y podría recibir una condena de 15 años. Por eso, apenas supieron de la solicitud del acusado, los abogados de la mujer elevaron un escrito este miércoles 15 ante el Tribunal Oral N° 2 de San Martín para que rechace esa opción. Incluso plantean que se incluya la acusación del delito de doble homicidio, por el hecho de haber ocasionado la muerte de sus propios hijos -los mellizos- antes de que nacieran.
El pedido de la víctima y sus abogados lograron que el pedido del juicio abreviado del imputado no prosperara. “Al no haber acuerdo con la víctima, se cae la posibilidad del abreviado y el debate oral comienza el 4 de febrero”, confirmaron a Infobae fuentes en los tribunales de San Martín cercanas al proceso: “Si alguna de las partes no da el visto bueno, no hay chance de que el pedido prospere”.
“Nos opusimos al abreviado porque la Convención Internacional de Belem do Para protege a la víctima de violación y violencia de género y no prevé la excarcelación o eximición de prisión de estos verdaderos monstruos de la sociedad. Esta es una decisión suficiente para oponernos a un abreviado mínimo de la pena, cuando en realidad lo que planteamos es un cambio de calificación, toda vez que se habla de lesiones agravadas y en realidad por los golpes de esta bestia, Ana María perdió el embarazo de sus mellizos. Tenemos que hablar lisa y llanamente de un doble homicidio, porque ella estaba embarazada de más de cuatro meses. El Tribunal Oral N° 2 de La Plata avaló este criterio en su momento con el caso de Carolina Píparo, a quien le hicieron perder su bebé. El hombre fue condenado por homicidio en ocasión de robo”, explicó el abogado Irineo.
Irineo se mostró siempre confiado en que se iba a rechazar el juicio abreviado debido a la gravedad de lo que hizo Galante y el desacuerdo de su clienta. “Este va a ser un caso emblemático porque se trata de un hombre que dijo que amaba a su mujer pero lo que hizo fue dañarla. La golpeó, la violó, la secuestró y le ocasionó la pérdida de sus bebés. Un verdadero horror”, añadió el abogado.
Mariano Martínez es otro de los abogados que representa a Ana María. Martínez incluso criticó incluso la etapa de instrucción llevada adelante por el fiscal Mario Marini, quien a su criterio obvió algunos elementos presentados por la víctima y no consideró la hipótesis del homicidio. Por esto, su objetivo ahora es lograr que se cambie la calificación, lo que implica que el acusado pueda ser condenado a una pena mucho más alta.
“La investigación presentó varias inconsistencias, como si todo en la causa hubiese sido con el ánimo de llegar a un abreviado. El fiscal de instrucción decidió no tomar algunas pruebas. No se tomó en cuenta la gravedad del hecho, no se trabajó sobre la teoría del doble homicidio agravado por el vínculo”, cuestionó Martínez.
Así las cosas, el TOC N° 2, que en este caso tendrá un solo juez luego de que los anteriores abogados de Ana María no optaran por un tribunal colegiado, comenzará a juzgar a Galante en poco más de dos semanas.
La historia
El caso de Rinaldi está enlazado en un espiral interminable de miedo, violencia y abandono que comenzó al poco tiempo de iniciar su relación con Galante y que, espera, termine a partir del próximo 4 de febrero. Cuando todo comenzó por allá en 2017 -según había dicho a Infobae cuando este medio dio a conocer el caso- su ex se mostró como el “hombre ideal”, aunque el idilio duró poco. Apenas pasó un mes de noviazgo y Galante se fue tornando más violento. Comenzó con agresiones verbales y un control obsesivo. “Me decía que tenía celos, que tenía que estar las 24 horas con él y que por eso él no podía trabajar”, contó Rinaldi.
El hombre, de 43 años, era taxista en la localidad bonaerense de San Martín. Con la excusa de que no podía manejar por estar pendiente de ella, comenzó a pedirle dinero. Como ella se negaba, él la golpeaba. Como este, fueron cientos los episodios que vivió durante casi todo el 2017. La obsesión enfermiza de él llegó a niveles insospechados. Se atrevió incluso a hackearle el celular para saber qué lugares visitaba y con quién pasaba el tiempo.
Ana supo sobrellevar la tortura como pudo. Vivió el calvario en silencio y las advertencias de sus cuñadas (hermanas de Galante) acerca de lo violento que era, no surtieron efecto. Ni su familia ni sus amigos se enteraron de lo que padeció hasta que finalmente ocurrió algo que cambió todo y que desencadenó en una situación aún peor.
En julio de aquel año supo que estaba embarazada. Galante aceptó la idea de que sería padre con cierta facilidad y eso generó una expectativa positiva de que con la llegada de un bebé todo podría ser distinto. Pero cuatro meses después, en noviembre, el hombre se encargó de demostrar -como pasó siempre- que su naturaleza violenta era más fuerte.
Al confirmarse que no sería uno sino dos los hijos que Ana esperaba, Galante se llenó de furia. No lo pudo soportar y le dijo a su mujer que no se iba a hacer cargo. Un día, estaban un día en el auto y pararon a un supermercado chino para comprar cerveza. Galante -que bebía en exceso- estaba nuevamente borracho. De un momento a otro, tiró a la mujer contra el auto y comenzó a golpearla. Ana luego perdió el embarazo.
Desde ese momento, Rinaldi dio por finalizada la relación y trató de cortar con todo vínculo que mantenía con el hombre. Pero Galante tenía otros planes y siguió con los hostigamientos. Pasaron casi dos meses separados hasta que el 28 de enero de 2018, Rinaldi -que dejó San Martín- fue abordada por su ex mientras esperaba un colectivo en la Capital para volver a casa. La obligó a subir a su taxi y la llevó, según su relato, hasta un garaje en San Martín donde usualmente guarda el auto. Espero a que no hubiera nadie, la golpeó nuevamente y la violó.
Como pudo, la mujer escapó y pudo pedirle ayudar a una amiga. Se encontraron en un café cerca del puente La Noria hasta que perdió el conocimiento, producto de los daños que le ocasionó su ex. Horas después despertó en el Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora. Le hicieron exámenes y corroboraron efectivamente que había sido abusada. Finalmente al otro día, en la Comisaría de la Mujer le tomaron la denuncia por la violación y recién el 8 de febrero la llamaron a declarar por única vez en la causa.
La investigación había quedado en manos de la UFI 14, a cargo del fiscal Marini, quien recién el 12 de marzo llamó a indagatoria a Galante. “Continuaron las amenazas de muerte para que retire la denuncia. Me mandaba mensajes diciéndome que dejara de exponerlo o me iba a matar. Le pusieron dos perimetrales en Lanús y en la Capital, pero no cumplió ninguna”, señaló la mujer, quien no bajó los brazos y luego de insistir logró que el 11 de abril, el hombre que había provocado la muerte de sus mellizos, fuera detenido. Un mes después le dictaron la prisión preventiva, medida que hasta la fecha cumple en la cárcel de Magdalena.
Fuente: Infobae