San Luis.- En las últimas horas, una mujer fue condenada a un año de cárcel acusada de golpear a su hijo de cinco años y dañarle órganos, como la vejiga y el páncreas, en San Luis. La decisión la tomó el Tribunal integrado por José Luis Flores, Hugo Saá Petrino y Fernando de Viana, quienes condenaron ayer por la tarde a la mujer a un año de prisión efectiva y absolvieron a su pareja que también fue juzgada por el hecho.
Los ataques al menor fueron denunciados en abril del 2022, luego que el pequeño ingresó al Hospital de San Luis con hematomas y moretones en sus brazos y piernas, y escoriaciones en sus partes íntimas.
La víctima actualmente tiene seis años y el caso fue denunciado cuando ingresó al servicio de Pediatría del Hospital San Luis y fue revisado por la médica pediatra e integrante del Cuerpo Profesional Forense del Poder Judicial, Vanina Ferroni, quien se presentó en el hospital acompañada de personal policial.
Tras revisar al chico, se constató que tenía lesiones recientes y de vieja data, algunas de ellas de gravedad ya que según los informes médicos revelaban “claros signos de maltrato infantil, con lesiones que pusieron en riesgo su salud, su bienestar físico, psíquico y social, además de estar desnutrido y con la dentadura descuidada”, dijo la Fiscal, María del Valle Durán, durante la audiencia de formulación de cargos.
Ayer, la mujer juró por “Dios” que “nunca” le puso una mano encima a su hijo” y gritó su inocencia llorando, tras escuchar la condena del tribunal.
La audiencia comenzó con la declaración del padrastro acusado, quien aseguró que el fin de semana anterior a que detectaran las lesiones del chico en el hospital, el niño había pasado unos días con parte de su familia paterna y que de esa visita regresó desganado, somnoliento e inapetente.
El miércoles, la psicóloga Marisa Samper pasó por el estrado y admitió que la entrevista al niño en Cámara Gesell no arrojó indicios relevantes, pero sí los test proyectivos y dibujos que hicieron hacerle, marcaban un rechazo hacia la figura materna y graficaba su casa como una casa monstruo y a quienes lo rodeaban como personas muertas.