A veces la competencia entre comerciantes suele ser feroz. Ofertas, precios bajos, descuentos o en cuotas. Todo sirve para atraer clientela, más cuando se trata del rubro gastronómico y si esos locales están en un sitio donde cada comercio se “pelea” para atraer comensales como lo es la Difunta Correa, en Caucete.
En este caso la propietaria de un local de comidas de ese paraje turístico fue demasiado lejos y directamente saboteó a la competencia. Más que sabotear, literalmente la desmanteló. Según precisaron fuentes policiales a Telesol Diario, eso descubrieron efectivos de la Brigada Este en las últimas horas sobre el robo de una importante cantidad de mobiliario en Vallecito.
En la fuerza precisaron que el operativo estuvo a cargo del oficial principal Edgar Echavarría, quien comanda esa brigada. Los pesquisas recibieron una denuncia que se radicó hace unos días en la Unidad Rural Nº1, con asiento en ese paraje.
La denuncia fue radicada por una mujer llamada Luciana López (24), quien es propietaria de la Hostería Vallecito, ubicada en el centro de la Difunta Correa, revelaron fuentes policiales a este diario. Trascendió que esta joven tenía en un depósito al fondo de la propiedad 60 esqueletos de sillas y otras 60 estructuras similares de mesas.
Esos elementos estaban en desuso y todo indica que a otra comerciante le pareció buena idea tomarlas para reacondicionarlas en beneficio propio, señalaron las fuentes.
Los ladrones se tomaron el trabajo de destruir una cámara de seguridad que tomaba ese depósito cerrado con una malla metálica sin techo y luego rompieron un candado para poder acceder al botín. Tras la investigación policial, descubrieron que las 120 estructuras no estaban demasiado lejos.
Así fue como llegaron los efectivos al restaurante llamado “Comedor El Seba”, ubicado en la entrada del mismo paraje. Allí entrevistaron a la dueña del local, llamada Sabrina Chirino (39), quien no supo justificar de donde había sacado todo ese mobiliario, comentaron en la Policía.
Para sorpresa de los investigadores, las 60 sillas y las 60 mesas habían sido reacondicionadas y estaban instaladas para recibir a la clientela. Por orden judicial, Chirino no fue detenida, pero sí ordenaron que todo lo robado sea incautado, informaron fuentes policiales a Telesol Diario.