La directora y una maestra de un jardín de infantes fueron detenidas por corrupción agravada de menores. Ambas, madre e hijas, fueron señaladas por los pequeños de 3 y 5 años como las responsables de obligarlos a realizar diferentes juegos sexuales. Los hechos aberrantes acontecían en una guardería de la localidad bonaerense de Moreno.
En total son siete las denuncias ingresaron en el mes de junio a la UFI N°3 de Moreno contra docentes y personal del jardín, que no cuenta con habilitación municipal. Luego de cuatro meses de iniciada la investigación, la Policía Bonaerense detuvo a la “Señorita” y también a la responsable del establecimiento educativo, que permanece clausurado desde el 5 de agosto.
En cuanto a la investigación, fueron determinantes las pericias psicológicas realizadas a los menores involucrados. Ellos contaron los aberrantes “juegos” a los que eran sometidos por estas dos mujeres. Los distintos exámenes físicos, en tanto, indicaron que los chicos no habrían sido abusados sexualmente pero sí que las docentes los obligaban a realizar actividades que alteraron notablemente su maduración sexual.
Por eso la imputación contra las dos mujeres es por corrupción de menores agravada por ser cometida contra menores de 13 años y por ser personas encargadas de su educación. El artículo 125 del Código Penal señala que este delito tiene una pena que va de los 10 a los 15 años de prisión.
“La Seño R. nos hacía jugar con L. -otro menor que asistía al jardín- a que nos teníamos que tocar el pito. Después la Seño me bajó el pantalón y me dijo que le haga pipi encima de él pero yo no quería. L. sí quería. La seño nos decía que hagamos eso”, contó a la psicóloga uno de los nenes. En la primera denuncia interpuesta por la mamá de un alumnito, se podía leer que la mujer notó comportamientos extraños en su hijo que no eran propios de su edad.
“Empezó a hacer cosas raras para los 5 años que tiene, cosas que antes no hacía. Me acostaba al lado de él en la cama y se me subía encima y me empezaba a frotar o cuando quería darle un beso él trataba de dármelo en la boca adrede y con la boca abierta”, dijo la mujer. Más allá de la perversidad de estas mujeres, también había malos tratos.
“La maestra siempre nos grita en el oído y nos dice que nos quiere dejar sordos. A mí me empuja hasta el rincón y me tapa la boca. A veces desde que entramos hasta que nos vamos estamos parados mirando la pared“, relató uno de los chicos maltratados.