Según informaron desde la Dirección de Control y Gestión, se han adquirido aparatos que puedan hacer una medición instantánea a los uniformados y, en caso de dar positivo para alguna sustancia mientras se encuentran en servicio, serían suspendidos de inmediato.
A su vez, la suspensión se extendería hasta la realización de un tratamiento para la adicción y de este modo puedan volver a la fuerza policial al menos que sean exonerados.