El Gobierno nacional aplicará aumentos en las tarifas de luz y de gas con el fin de reducir los subsidios a la energía en 0,5 puntos del PBI este año, según se desprende del “staff report” aprobado por el Directorio del Fondo Monetario Internacional y tras lo cual se autorizó el desembolso reciente de USD 4.700 millones.
En el documento se detalla que el equipo económico, encabezado por el ministro Luis Caputo, llevará a cabo un ajuste del gasto en torno a 3% del PBI. Una de las medidas que se mencionan como parte de este plan consiste en aplicar “reducciones en los subsidios energéticos ineficientes, con aumentos iniciales en las tarifas de electricidad (superiores al 200%) y gas (superiores al 150%) a partir de febrero, luego de audiencias públicas en las que se espera que las autoridades describan sus planes para recuperar el costo de producción”.
La estrategia que ya cuenta con el visto bueno del organismo internacional, es clave para alcanzar el equilibrio fiscal que planteó Caputo, en sintonía con los objetivos del presidente Javier Milei.
Sin embargo, en las últimas horas se conoció que la Secretaría de Energía, a cargo de Eduardo Rodríguez Chirillo, analiza postergar las subas del gas, para evitar un impacto mayor en la inflación.
En cambio, se aceleraría el aumento de la electricidad, en medio de la temporada de verano y con altas temperaturas que disparan la demanda eléctrica y, en consecuencia, el gasto en subsidios es mayor.
Según el Sistema Eléctrico Interconectado Argentino (SADI) la demanda de energía superó este jueves los 29.500 MW y alcanzó un nuevo récord que generó cortes de luz en distintas zonas del país, con más de 40 mil hogares sin luz tan solo en la Ciudad de Buenos Aires y en medio de una ola de calor.
Con relación a los incrementos que prometió el Gobierno al FMI, falta cumplir con un paso clave: las audiencias públicas que se realizaron en las últimas semanas aún no concluyeron.
En el reporte aprobado por el organismo internacional también se hace mención a un plan de desregulación en el sector energético. “La alineación de los precios minoristas de los combustibles con los precios internacionales, la propuesta de eliminar el precio máximo interno del petróleo, junto con la fijación de precios de los servicios públicos de electricidad y gas natural basados en el mercado, respaldarán la inversión en las reservas de gas y petróleo no convencional, impulsando posteriormente exportaciones”.
