Recibió el Año Nuevo en la residencia oficial de Chapadmalal. Brindó, descansó, leyó y tomó sol, como delató su rostro algo bronceado apenas se quitó el barbijo. “Se me llena de mar el alma”, dijo un distendido Alberto Fernández, que desde un escenario montado a metros del borde de un acantilado, firmó la promulgación de la nueva ley de movilidad jubilatoria y puso en marcha el operativo verano de Anses, con móviles de atención al público en toda la costa atlántica.
“Estoy muy contento que el decreto número uno de este año sea para los jubilados”, afirmó el Presidente de la Nación. “Dije que no iban a perder contra la inflación y lo cumplí”, remarcó sobre una de sus promesas de campaña, a la que sumó la decisión de devolver el mecanismo de medicamentos a costo cero para el sector.
Pero al mismo tiempo dejó aquí su preocupación por la pandemia, el incremento de casos que se da por estas semanas, el factor multiplicador que representan los jóvenes en días de veraneo y su impacto posible y de riesgo sobre los adultos mayores. “Quiero llamarlos a la reflexión a todos, no podemos jugar con fuego”, dijo en un llamado a reducir riesgos de contagios
“En el momento de distensión del verano uno se olvida que hay una pandemia circulando y se descuida. Y los que más se descuidan son nuestros jóvenes”, advirtió el Presidente. “He tenido la edad de ellos y sé que para muchos ir a bailar o jugar al fútbol con los amigos es lindo. Todo es lindo, salvo que haya un virus en el medio que nos esté contagiando”, agregó.
Según informaron, los especialistas detectaron un incremento de los contagios de Covid-19 en los jóvenes de 20 a 29 años durante las últimas tres semanas. Representan uno de cada cuatro nuevos infectados.
Fernández, que llegó el pasado jueves y despidió el año en compañía de su pareja, Fabiola Yáñez, y el gobernador Axel Kicillof con su familia, tuvo así su primer acto público de gobierno en este año en el que aseguró que los beneficiarios del sistema previsional tendrán mejores ingresos a partir de la normativa que tras tensos debates tuvo aprobación mayoritaria de ambas cámaras legislativas. “Es una mejor fórmula que se aplica trimestralmente para que vena más rápido mejorar sus ingresos”, insistió.
Compartió escenario con el mandatario bonaerense y la titular de Anses, Fernanda Raverta, la marplatense a la que señaló como ideóloga de esta presentación de la ley a orillas del mar, en los parques interiores de los hoteles 5 y 6 de los hoteles del complejo turístico de Chapadmalal, nacidos como alojamiento para el turismo social y hoy solo con ocupantes en los chalets de las residencias oficiales que allí disponen el Presidente y el gobernador provincial.
Al valorar los alcances de la nueva ley de movilidad jubilatoria también se encargó de cuestionar y criticar la metodología aplicada durante la gestión macrista. “Los que se quejan que no sirve esta fórmula son los mismos que le hicieron caer los ingresos un 20% a los jubilados”, apuntó el jefe de Estado.
Acusó entonces al gobierno anterior de aplicar un mecanismo de ajuste de haberes previsionales “que sirvió para sacarle plata a los jubilados que luego no se podía cumplir”. Por eso insistió que la variante que se aplicará ahora les dará “previsión” sobre lo que cobrarán en los distintos momentos del año.
Kicillof, en su discurso, ya había sido bastante más directo y explícito al momento de resaltar esta ley y cuestionar la metodología de aumento a jubilados aplicada durante la presidencia de Mauricio Macri. “La economía crece de abajo para arriba”, repitió luego de sumar motivos por los que no cree en la denominada “teoría del derrame”. “Le dieron la plata a los de arriba y se fue en avión a paraísos fiscales”, acusó.
Cara y ceca en pandemia
Luego de elogiar las bondades de las playas de la región, contento porque también las pudo disfrutar durante estos días que pasa en Chapadmalal, el Presidente dedicó la segunda mitad de su discurso a hablar de la pandemia, el aumento de casos coronavirus que se registra desde hace algunas semanas y la necesidad de ser más cuidadosos.
Habló del esfuerzo que se hizo para disponer de la vacuna rusa, que ya se aplica en el país, y remarcó que esta enfermedad expuso aún más las inequidades locales. Recordó que el Estado “está para ordenar” porque “en el mercado libre rige la ley de la selva”.
Dijo que en ese esfuerzo por atender a los más necesitados se requería el apoyo de todos. “Los que más tienen debían ayudar a igual”, insistió sobre los recursos que buscaron con el aporte solidario de las grandes fortunas. “Como decía Alfonsín (Raúl), la ética de la solidaridad”, resaltó.
En cuanto al escenario que se enfrenta dejó un diagnóstico preocupante. “Estamos en una ciudad (Mar del Plata) donde los casos crecen de modo más que preocupante”, reiteró en particular sobre una problemática que el destino tiene en niveles similares a grandes centros urbanos del país. Ahora agravada por el arribo importante de turistas, al menos durante este fin de semana extra largo.
Habló de una inquietud compartida con Kicillof sobre lo que ocurre con esta nueva etapa de la pandemia. Una segunda ola o rebrote que puede tener en los centros turísticos un verdadero caldo de cultivo si no se cumplen con los parámetros de seguridad sanitaria recomendados.
Antes de este viaje a Chapadmalal el propio Presidente, junto al gobernador y el jefe de Gobierno de Capital Federal, Horacio Rodríguez Larreta, se reunieron para evaluar posibles medidas para ajustar controles. Quedaron en analizar como evolucionaba el escenario tras las fiestas de fin de año y a inicios de la próxima semana, en un nuevo encuentro, resolverían si se aplican restricciones. Una opción es cerrar las actividades nocturnas, entre las 22 y las 6, con impacto directo sobre los boliches, bares y también los restaurantes.
Fernández recordó aquí que “los que más se descuidan son los jóvenes” y pidió “no jugar con fuego”, ya que si bien llegaron las primeras dosis de vacuna, todavía hay riesgos de un agravamiento del sistema sanitario. “Sé que para muchos ir a bailar es lindo, jugar al futbol es lindo; todo es lindo, salvo que haya un virus en el medio”, les recordó.
Por eso fue enfático en un pedido: “Recurro a la responsabilidad individual de cada uno”, dijo al pedir que se cumplan las pautas de cuidado. Un discurso en cara y ceca, ya que el mensaje concientizador desde el escenario poco tuvo que ver con lo que se vio apenas concluyó el acto, con el Presidente rodeado de funcionarios y asistentes, entre abrazos a medias, palmadas, choques de puños y selfies. Todo en un verdadero amontonamiento más propio de otros tiempos, según informó La Nación.