En medio del misterio por su lanzamiento, el exministro de Economía Roberto Lavagna diseña lo que podría ser su campaña y cada vez emite más señales de que será candidato presidencial. Este viernes sumó otro gesto contundente: por la noche partió a San Juan , donde mañana participará de la tradicional Fiesta del Sol, junto con el gobernador Sergio Uñac, que buscará su reelección el 2 de junio próximo en esa provincia.
El valor político de esa foto con Uñac no es menor. Lavagna le enviará a los gobernadores e intendentes del peronismo una señal de unidad para achicar la grieta entre Alternativa Federal y Unidad Ciudadana .
Antes de partir a San Juan, Lavagna y Sergio Massa , otro precandidato presidencial de Alternativa Federal, mantuvieron este viernes un encuentro junto con los diputados massistas Graciela Camaño y Marco Lavagna, hijo del ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde.
Durante cuatro horas, analizaron la situación económica del país, la relación con el FMI, el panorama electoral y coincidieron en convocar a un gran acuerdo nacional al estilo del Pacto de La Moncloa para abordar los problemas estructurales pendientes de la economía. Este encuentro en sí mismo fue otro gesto elocuente del interés de Lavagna por intervenir en la carrera presidencial.
En cuanto a Uñac, fue el primer gobernador del peronismo federal que visitó a Lavagna en diciembre de 2018, cuando recién se empezaba a hablar de la candidatura presidencial del exministro, impulsada por el expresidente Eduardo Duhalde, dirigentes sindicalistas, como Luis Barrionuevo, y varios empresarios.
Además, Uñac comenzó en estos días la campaña para las PASO en San Juan que serán el 31 de marzo próximo, con miras a las elecciones de gobernador de junio.
Por otro lado, Uñac mantiene vínculos intactos con el kirchnerismo, que tiene un fuerte peso en San Juan. El exgobernador José Luis Gioja, un kirchnerista que ahora recompuso relaciones con Uñac, es el interventor del PJ nacional.
Por otra parte, la Fiesta del Sol, que se realiza en el Predio Ferial Costanera del departamento de Chimbas, en el corazón de San Juan, suele reunir a los principales políticos del peronismo y congrega a multitudes. Por ejemplo, el ex gobernador bonaerense Daniel Scioli solía asistir cuando era candidato presidencial para las elecciones de 2015.
“Lavagna se dará un baño de popularidad, estará el sábado en la Fiesta del Sol en San Juan junto a Uñac, toda una señal por la cantidad de gente que asiste a ese evento, algo que le podría servir para ir calentando motores, medir su relación con la gente y probarse en el rol de candidato”, confiaron a LA NACIÓN fuentes allegadas a Lavagna.
Sin embargo, un hombre de la intimidad del exministro fue enigmático: “No hay que creer todo lo que se dice”.
Lavagna se presentará este sábado en público luego de años del perfil bajo: trasladarse hasta San Juan para abrazar a Uñac en una fiesta masiva con mucha prensa, con una obligada lectura política, es algo más que recibir visitas en sus oficinas de Buenos Aires o de Cariló, como la foto que se sacó con el jefe de senadores del PJ, Miguel Pichetto.
Según confiaron a LA NACIÓN fuentes del entorno de Lavagna, los últimos obstáculos para formalizar la postulación de Lavagna consisten en dos condiciones que impuso desde el principio. Una es que se conforme una gran coalición de unidad nacional; la otra es no tener en ella competidores directos en las elecciones primarias abiertas y simultáneas (PASO). Quiere ser el “candidato de la unidad”.
Por ahora, los otros precandidatos presidenciales, Massa y Juan Manuel Urtubey, dicen que si quiere ser candidato Lavagna deberá competir contra ellos en las primarias de Alternativa Federal. Sin embargo, en el peronismo dicen que Massa se muesrta más negociador que Urtubey.
Otros indicios de que Lavagna está pensando seriamente en la candidatura presidencial consisten en que en su entorno la dan por descontada y como un hecho de la realidad: un viejo conocido del exministro comenzó a organizar un equipo de comunicación y prensa con ofertas a antiguos voceros para participar desde fines de marzo o abril en una posible campaña.
Por otra parte, el histórico dirigente peronista Julio Bárbaro confió en un programa televisivo del fin de semana último que trabaja por la candidatura presidencial de Lavagna y tomó distancia de Duhalde, que había dicho a LA NACION días antes que “Cristina me dijo que no veía mal lo de Lavagna”. Bárbaro señaló que a Lavagna no le interesaba la opinión de la expresidenta.
Incluso, el dirigente fue más allá y dijo que Lavagna no tenía interés en desgastarse en una elección interna primaria contra Massa y Urtubey y que le parecía mejor dirimir la candidatura a través de encuestas especialmente encargadas y de confianza. En esa línea, dijo, podría hacerse un gran acuerdo para ir todos detrás del candidato con mejor intención de voto.
Por otra parte, también se supo que otro dirigente peronista comenzó a hacer reuniones para reunir apoyos para Lavagna. Se trata del ex ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos Juan José Alvarez, de gran relieve en las épocas en que Duhalde era presidente de la Nación.
“Juanjo” Alvarez junto al entonces canciller Carlos Ruckauf fueron quienes impulsaron la candidatura presidencial de Lavagna para 2003 en lugar de Néstor Kirchner.
Por otra parte se sabe que Lavagna quiere armar una gran coalición que además de Massa y Urtubey contenga a los socialistas, como el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, y a corrientes de centro. Operadores de Lavagna mantuvieron contactos con el líder del Partido Autonomista, el exsenador correntino José Antonio Romero Feris.
También Lavagna busca sumar a radicales desencantados. Se reunió en enero último con Ricardo Alfonsín, que impulsa a Martín Lousteau como precandidato presidencial en Cambiemos para enfrentar al presidente Mauricio Macri. Lavagna y Duhalde están atentos a las peleas entre Macri, Lousteau y el radicalismo. Sin embargo, Alfonsin dijo a LA NACIÓN que el radicalismo continuará por ahora en Cambiemos y que hablaron de la coyuntura económica que les preocupa mucho a ambos.
Si bien Duhalde se reunió con Alfredo Olmedo, los operadores de Lavagna aseguran que no les interesa sumar a ese candidato presidencial por su perfil de “ultraderecha”. El ex ministro de Duhalde considera que no tiene muchos puntos en común en materia ideológica.
Para consolidar esta gran coalición, Duhalde y Lavagna buscarían forzar a que Cristina Kirchner desista de su postulación presidencial y así podrían contar con el sello del PJ, hoy en manos del cristinista Gioja, y con el peronismo unido. Ello garantizaría el apoyo de los intendentes del conurbano bonaerense y de los gobernadores, pero sin que Cristina sea candidata. Se trataría del viejo sueño del peronismo unido para competir contra Mauricio Macri.
Fuente: La Nación