En un hecho que ha generado revuelo entre la comunidad de Jáchal, en la mañana del pasado miércoles 29 de mayo, se reportó el hallazgo de una lechuza encontrada en una posición que ha sido descrita como «crucificada», en las cercanías de la fábrica de explosivos local. La impactante imagen del ave cazada se viralizó rápidamente en las redes sociales, generando indignación entre los habitantes de la zona.
Ante este suceso, la Secretaría de Ambiente tomó cartas en el asunto enviando una guardia especializada para investigar y verificar el incidente en el lugar. Sin embargo, debido a la falta de pistas sobre los responsables, las autoridades se han visto limitadas en su capacidad para llevar a cabo acciones legales.
Es importante señalar que la lechuza encontrada es de la especie vizcachera y no se encuentra en peligro de extinción, como se ha especulado en las redes sociales. No obstante, el acto de cazar o maltratar a este tipo de aves está tipificado como un delito. La lechuza, a pesar de su inocuidad para el ecosistema, ha sido injustamente asociada a creencias supersticiosas que la estigmatizan como un presagio de mala suerte.
Según las leyendas y creencias populares, los búhos y las lechuzas son considerados aves de mal agüero, asociadas con la muerte y la desgracia. Se cree que si una lechuza revolotea cerca de una vivienda o se posa en su tejado, sus graznidos anuncian el inminente fallecimiento de alguien. Estas supersticiones han llevado a que, lamentablemente, muchas personas reaccionen con hostilidad hacia estas aves, incluso intentando dañarlas.