A 8500 pies de altitud, o 2590 metros sobre el nivel del mar, tuvo que llegar un equipo de profesionales del Ministerio de Salud Pública y de la Dirección Provincial de Aeronáutica. En las Sierras de Rivero, hay un paraje llamado Corral de Piedra donde viven varias familias, una de ellas, es la de Luisa Chávez.
Luisa sufrió dos embarazos molares y luego pudo tener a su primer hijo, sin embargo, en un nuevo embarazo, para tener a su segundo hijo, aparecieron complicaciones. Con poco más de 20 semanas de gestación, comenzó a padecer genitorragia (sangrado y manchado de la vagina durante el embarazo. El sangrado y el manchado en el embarazo no significan siempre que hay un problema, pero pueden ser una señal de aborto espontáneo o de otra complicación grave).
Su marido bajó al puesto sanitario de Sierras de Rivero, pero la enfermera Laura Chávez, instantes antes, había comenzado a bajar en mula a Astica con una docente que sufría fuertes cefaleas. Sin darse por vencido, volvió a su casa y se comunicó vía WhatsApp, utilizando la red de internet que el Estado instaló en esa zona montañosa, con don Pedro Chávez, enfermero jubilado de Salud Pública. A su vez, Pedro se comunicó con el Dr. Matías Espejo, subsecretario de Medicina Preventiva y lo puso al tanto de la situación. Todo esto sucedió en cuestión de pocas horas.
Inmediatamente se inició el protocolo de aerovacuación y en el hangar de la Dirección Provincial de Aeronáutica, el piloto Walter Gallardo se preparó para salir en rescate de Luisa. Al estar en etapa de mantenimiento e instalación de la nueva camilla de traslado sanitario, el helicóptero Bell 429 no pudo despegar. Gallardo aprestó su helicóptero personal y con el Dr. Espejo se lanzaron a trepar las sierras y llegar a Corral de Piedra. El modesto y robusto Robinson 44 llegó a Rivero y de ahí se animó a subir hasta la casa de Luisa, quien los esperaba para ser trasladada en camilla hasta la nave. Lo que pasó en minutos, a lomo de mula hubiera demorado cerca de 6 horas.
La paciente llegó al hospital Rawson, fue atendida, estabilizada y recibió los controles necesarios para volver al Valle cuatro días después. De allí, volvió, vía carretera, a la internación en sala común en el hospital Dr. Alejandro Albarracín. Cuando le llegó el momento de ser madre, viajó nuevamente a la Ciudad, donde dio luz en la Maternidad del Rawson. Con su bebé en brazos, arribó a Astica donde su marido la esperaba, con su primer hijo, de pocos meses y una mula, para subir a Corral de Piedra en seis horas de cabalgata.
En estos últimos días, Luisa se realizó los controles correspondientes con la Dra. Sandra Valdez, obstetra del hospital de Valle Fértil, y por correr riesgo su vida, se le colocó un chip anticonceptivo de manera ambulatoria y regresó con su familia.
El protocolo de vuelos sanitarios en San Juan, que depende del Ministerio de Salud Pública, viene brindando una atención cada vez más eficiente y oportuna, no solo depende del profesionalismo de los médicos que salvan vidas, sino también de la intrepidez y experiencia de los pilotos que hacen descender los helicópteros en zonas inhóspitas de cualquier parte del territorio sanjuanino.