El jefe de ministros auguró que este año se reflejará una recuperación económica para avizorar lo que será la pospandemia. Admitió que la principal preocupación del Gobierno es la inflación y negó que haya un atraso cambiario
El reloj había pasado las 20 y todavía aguardaban por entrar al despacho de Santiago Cafiero en la Casa Rosada una vicegobernadora y un ministro. En plena gestión de la pandemia, luego de anunciar un DNU para intentar dejar atrás la polémica con Pfizer y en la antesala electoral, el jefe de Gabinete recibió a El Cronista para analizar la economía albertista, prometer que no habrá una devaluación este año, negar que haya un atraso cambiario y condicionar el acuerdo con el FMI a que sea “bueno” antes que a su temporalidad. Adempas, confirmó que habrá un bono para los jubilados que perdieron contra la inflación.
¿Ya piensan en la economía de la pospandemia?
En cuanto a reactivación podemos tomar elementos de crecimiento del PBI del primer trimestre de 2,5%, de crecimiento de las exportaciones, de crecimiento del empleo industrial, se generaron en la Argentina 25.000 empleos industriales, es un número importante.
Pero el crecimiento del PBI se detuvo en los últimos tres meses y pasó a tasas negativas…
Siempre el comparativo con meses de mucha velocidad. La perspectiva que está marcando el Ministerio de Economía es un crecimiento del PBI del orden de 7% para todo el año. Es algo importante teniendo en cuenta de que venimos de tres años de recesión.
También es cierto que en los últimos tres meses cayó la actividad por efecto de las restricciones…
En un punto es eso y en otro es el reacomodamiento, insisto con esto. ¿Hay síntomas de recuperación de la economía? Sí ¿Heterogéneos? Sí, no se dan en toda la economía. La construcción está creciendo a un ritmo muy por encima de 2019, apalancado también en la obra pública. La industria lo mismo, está en niveles superiores a 2019. También tenemos que tener en cuenta que el gobierno anterior fue el que hizo la mayor desindustrialización. El horizonte de la pospandemia se traza con mayor optimismo cuando vemos que hay una recuperación económica y una campaña de vacunación. Cuando tenemos esas dos cosas funcionando bien como lo están haciendo hoy podemos trazar un horizonte distinto.
La presencia del Presidente en el acto de La Bancaria después del acuerdo salarial que llega al 45% fue leído como un aval: ¿Si siguen aumentando los precios, el Gobierno va a seguir avalando aumentos salariales hasta qué porcentaje?
Nosotros no pensamos que eso genere peligro. Hoy la discusión de la inflación está atada a otras causas.
¿No solo salarios?
No no, creo que salarios ni siquiera es una causa que hoy esté generando algún tipo de presión sobre los precios, me parece que no lo es. Nuestra idea es distinta, de recomponer el salario real para que se establezca un modelo virtuoso de consumo, de generación de empleo, de producción, de inversión, por eso también las tasas de inversión que estamos teniendo son importantes, y eso habla de un camino que se fue trazando y que va en esa dirección. Ese camino tiene que tener como condimento una baja de inflación, si, naturalmente, que es una baja de inflación sin la venta de espejitos de colores porque decir y prometer que la inflación va a bajar por arte de magia, eso ya lo hizo el gobierno anterior y todos sabemos que eso fracasa. Esas promesas, son promesas vacías que ya de antemano sabemos que no resultan y esas recetas ya fracasaron. Lo que nosotros tenemos que ir trabajando es abordando la temática de la inflación desde una idea donde el diagnóstico sea que la inflación no es particularmente monetaria o a partir de la tensión entre el capital y el trabajo. Me parece que esas categorías ya quedaron totalmente descartadas. Históricamente se discutían estas cosas pero ya quedaron descartadas y no hay que ni decirlo porque la evidencia es así. Hubo cuatro años donde tuvimos una mirada que iba en esa dirección y la inflación fue altísima.
Pero está claro que el 29% de inflación ya no se puede cumplir…
Nosotros tenemos que continuar alineando las expectativas entre precios y salarios, donde los salarios le ganen a los precios, y siempre vamos a estar encima de que los precios se corrijan si eso se necesita hacer. La presencia del Presidente implica eso, que él avala que las paritarias se cierren así.
No imagino que el Presidente esté avalando una paritaria que esté en 45%, por encima en 16 puntos de una inflación de 29%…
Lo importante acá más que el número es seguir reafirmando la intención y el compromiso de que los salarios le tienen que ganar a la inflación, a los precios. Reafirmar ese compromiso es mucho más significativo que discutir sobre un número y eso me parece que es lo más importante.
Se confirmó que el salario mínimo va a ser aumentado: ¿Puede ser por decreto?
Hubo algunos casos. Se convocará al Consejo porque la verdad es que hasta acá funcionó muy bien y es un buen instituto porque están los empresarios, los trabajadores y está el Estado. Están las tres patas involucradas, es un buen instituto para el diálogo franco de ideas y de necesidades, y eso es muy positivo. Ahora las medidas pueden ser por decreto. La prioridad es que el Presidente si tiene que involucrarse para corregir los salarios o los haberes jubilatorios, lo va a hacer.
Respecto a la inflación: ¿Qué otras medidas o iniciativas están evaluando además de los controles de precios?
Tuvimos una inflación muy alta en el mes de marzo de 4,8% y de ahí en más empezó a desacelerarse a números de los que todavía nosotros no estamos conformes, no estamos conformes con estos números, pero hay una tendencia de desaceleración de la inflación y hay que continuar con esa tendencia. ¿Cómo se va a lograr esa tendencia? Bueno, si decimos que la inflación es multicausal hay que atacarla también con muchas herramientas. Algunas de esas herramientas son programas de la Secretaría de Comercio, como Precios Cuidados o Super cerca, otra parte es una política que genere un ordenamiento interesante con respecto a las tasas de interés, al financiamiento del Estado en general, al ordenamiento fiscal, después naturalmente todo lo que tiene que ver con la operación sobre el dólar. Por eso cuando ligeramente se empieza a discutir sobre devaluaciones, nosotros decimos que devaluaciones no va a haber.
¿Ni antes ni después de las elecciones?
No. No hay hoy ningún indicio de que vamos hacia ese lugar, no hay ningún indicio de que haya un atraso en el tipo de cambio en la Argentina, no es verdad eso. Está solo en el plano de la especulación de algunos. Los mismos que especularon a fines del año pasado, en octubre, noviembre, y hubo una gran avanzada para que haya una devaluación y se quedó en los pronósticos porque eso al final nunca ocurrió.
También lo que hubo el año pasado fueron limitaciones a la compra de dólares, algún tipo de cepo.
El cepo lo hizo Macri después de las elecciones generales.
Pero se fijaron limitaciones para comprar dólares a los que recibieron algún tipo de ayuda del Estado. ¿La última subida de la cotización del dólar blue, no es algo para preocuparse?
El dólar blue no es hoy un mercado significativo, no vemos que eso hoy marque un termómetro ni mucho menos. Lo vemos bastante alejado de esa idea. Tenemos que seguir con el mismo sendero que está trazado en el Presupuesto y continuar con ese sendero en el tipo de cambio.
Manteniendo la idea de que vaya por debajo de la evolución de los precios internos?
Si, claro, porque cuando nosotros hablamos de inflación también tenemos que hablar de tipo de cambio, de política cambiaria.
¿Y esa es la apuesta a sostener?
Si, sostener un tipo de cambio competitivo pero no un tipo de cambio especulativo.
¿Por qué hay tantas voces planteando esto de la devaluación?
Porque hay muchos intereses políticos, porque siempre hay una mirada acerca de que las devaluaciones lo que implican son quita de confianza en la política económica. Y después hay una especulación económica muy fuerte, hay un grupo económico muy chico que gana mucho dinero con este tipo de acciones especulativas.
¿Cuánto importa cerrar el acuerdo con el FMI para despejar incertidumbre? ¿Tiene que cerrarse antes o después de las elecciones?
Más que la temporalidad, lo importante es cerrar un buen acuerdo para la Argentina. El testimonio nuestro respecto a los que querían poner la temporalidad por encima de un buen acuerdo, por encima de la soberanía, se equivocaron el año pasado. Con los acreedores privados nos decían “cierren rápido” y nosotros decíamos “no, hay que cerrar bien”. Lo mismo pasa con el Fondo: no hay que cerrar rápido, hay que cerrar bien.
Pero hay que enfrentar vencimientos hasta fin de año…
Claro, por eso la Argentina siempre sostuvo uin dialogo constructivo con el Fondo.
¿Se puede reciclar el esquema del Club de París con un pago puente?
Lo principal que tenemos que generar es detallar lo que estamos haciendo. Cualquier acuerdo o entendimiento tiene que tener presente esto: que necesitamos tiempo para crecer. Este es un nuestro mantra.