El 1° de diciembre del 2018, la vida de Aaron Terruzzi, un nene que entonces tenía 3 años, cambió por completo cuando un incendio destruyó la casa en la que vivía con su mamá y su tía, ubicada en la localidad de Glew, y le provocó quemaduras en el 60% de su cuerpo.
“Estábamos durmiendo. Ese día hacía calor y prendimos el ventilador, que a veces se trababa y había que golpearlo para que funcione. En un momento me desperté porque no podía respirar y vimos el fuego. Encima no había luz y no teníamos agua“, contó en su momento Roxana, mamá de Aaron.
Gracias a la ayuda de los vecinos, quienes aportaron agua y hasta un matafuego para apagar las llamas, lograron rescatar al pequeño.
“Si ellos no estaban, mi hijo se moría”, relató entonces la mujer, quien rápidamente pudo trasladarlo en un patrullero de urgencia al Hospital Cecilia Grierson de Guernica.
Aaron sufrió graves quemaduras en gran parte de su cuerpo y perdió sus manos.
En setiembre, además, perdió a su mamá, quien luchó durante cuatro años contra un cáncer.
El nene, que asiste a terapias varias, vive con su tía y sus cinco primos en Pilar, en una propiedad alquilada que debe servicios y cuotas por más de 100.000 pesos.
Su tía amasa pan, pero no da abasto. Apenas logra conseguir alimento para los siete.
Recurrió al Municipio. “No pedí que me regalen nada, sólo la posibilidad de tener acceso a pagar un terreno en cuotas o una vivienda… a lo cual me respondieron que no podían. Si podían pagarme un alquiler por inmobiliaria, pero yo no puedo acceder”, dice la tía de Aaron en su perfil de Facebook.
Para evitar el desalojo, su entorno organiza colectas y ferias solidarias que le permitan pagar su tratamiento, alimentarse y tener una vivienda digna.