La donación fue impulsada por dos jóvenes tuiteros ligados a sectores liberales. Nicolás, uno de los hijos de la víctima, y su padre agradecieron el gesto
La familia de Roberto Sabo, el kiosquero de 45 años asesinado a balazos el domingo pasado en un asalto en Ramos Mejía, recibió una donación de más de 2 millones de pesos, mientras avanzan las primeras y diligencias y etapas de la investigación sobre el caso.
La colecta fue impulsada a través de Twitter por Inaki Gutiérrez y Eugenia Rolón, ligados a sectores del liberalismo, quienes el martes pasado se comunicaron con Nicolás Sabo (25), uno de los hijos de la víctima, e iniciaron una campaña ya que “hay muchas necesidades económicas que suplir y un sostén de familia no está más”. Rolón puso a disposición su CBU y comenzó a recibir los aportes desde entonces. El cierre finalizaba ayer y el dinero fue transferido a la familia por un monto total de 2.055.049 pesos.
“Les agradecemos por la colecta y el apoyo que nos dieron todos. Mi abuelo también les agradece a todos los de Twitter, toda la gente que ayudó y colaboró”, sostuvo Nicolás, en un video grabado desde su celular y que fue compartido desde la cuenta de Iñaki. “Muchísimas gracias, mi nombre es Pedro, abuelo de Nico, mi amor. Esto es todo verdad, acá no hay ningún truco. Somos una familia, les agradezco muchísimo y a todos los que no conozco. Muchas gracias a todos”, destacó el padre de Roberto Sabo.
El crimen en la localidad bonaerense de Ramos Mejía, perpetrado por una pareja de delincuentes armados, conmovió a vastos sectores de la sociedad. Ello se vio en las muestras de solidaridad, tanto en la magnitud alcanzada de la donación, como las masivas movilizaciones vecinales o el apoyo de los jugadores de River Plate -el club del cual era hincha el kiosquero- y otras personalidades públicas.
El violento hecho en el partido de La Matanza coincidió con la última semana de campaña electoral rumbo a las elecciones legislativas del 14 de noviembre. Rápidamente, el tema se coló en la agenda de los candidatos y la inseguridad volvió al primer plano de los cruces mediáticos y televisivos, con debates sobre las estadísticas de criminalidad y propuestas de reformas de la ley penal, entre ellas la baja de la edad de imputabilidad. La portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, había criticado “la utilización electoral de la tragedia de una familia”. Pero la bronca y el dolor por lo ocurrido dejó, de parte de la familia, uno de los mensajes políticos de la semana contra el presidente Alberto Fernández: “No creo que pueda mirarme a los ojos”.
Por eso, la colecta virtual también fue objeto de debate en el microclima de Twitter, al ser interpretada por algunos usuarios como parte de un “oportunismo político”. Es que Gutiérrez y Rolón son abiertos opositores al gobierno del Frente de Todos y mantienen una militancia a favor de la candidatura de la alianza La Libertad Avanza, de Javier Milei. Más allá de la pertenencia partidaria, el gesto recibió su correspondiente agradecimiento por los Sabo.
No es la primera vez que los jóvenes libertarios utilizan las redes sociales y la donación como un método de toma de posición frente a hechos donde la confrontación de miradas entre el Frente de Todos y la oposición aparece con un mayor antagonismo.
A mediados de junio, Eugenia Rolón volvió a colaborar con otra colecta pero en este caso para el policía Luis Chocobar, condenado a una pena de dos años de prisión en suspenso por “homicidio agravado” por usar con exceso su arma de fuego en la persecución de Juan Pablo Kukoc, quien había robado y atacado a puñaladas al turista estadounidense Frank Joe Wolek en 2017, en el barrio de La Boca. En esa oportunidad, con el apoyo del usuario “Dan” (@GordoMonstruo__), definieron al policía como un “héroe de la patria” por “domar a los delincuentes” y juntaron unos $2,6 millones para la Fundación Chocobar, la entidad civil que patrocina su defensa.
La autopsia a Roberto Sabo determinó que la crueldad del crimen: lo asesinaron a quema ropa. El cuerpo tenía seis orificios de entrada y de salida. Leandro Suárez (29) y su novia de 15 años, Y.G, ambos de Fuerte Apache, fueron detenidos por el homicidio cuando intentaban escapar del comercio. Suárez, que en agosto de 2020 salió de un penal federal tras cumplir una condena de casi seis años por dos hechos de hurto y robo, está acusado de ser el autor material de los disparos.