Benjamín cumplió 7 años y, en el marco de la pandemia de coronavirus, cada noche a las 21 se asoma a la ventana para aplaudir agradeciendo la labor de médicos y policías; sin embargo esta vez, él recibió los aplausos luego de que efectivos policiales respondieran a una carta de su mamá y se acercaran a su casa para cantarle el feliz cumpleaños e hicieran sonar las sirenas del móvil.
“Este va a ser el cumpleaños más triste que tendré porque no voy a poder festejarlo con mis amigos “, le dijo Benjamín a su mamá Lourdes, quien al escuchar a su hijo no dudó en hacer el lunes una carta manuscrita y entregársela al jefe de la Seccional Tercera, Pablo Trinchieri, de la Policía en Santa Rosa.
“Me dirijo a usted con el mayor de los respetos, desde ya agradezco su esfuerzo y labor para con los ciudadanos”, encabezó Lourdes su carta para explicar que la misma no respondía a una “emergencia” sino a un pedido especial.
“Hoy cumple 7 años mi hijo, y quería preguntarle qué posibilidad hay de que hoy a las 21 horas, cuando salgan los patrulleros con la sirenas, lleguen hasta mi domicilio para cantar o saludar a mi hijo, ya que no está muy feliz. Teníamos toda su fiestita organizada y esto a él lo va a alegrar mucho. Desde ya muchas gracias”, concluyó Lourdes su misiva.
La historia de Benjamín se conoció en las últimas horas y junto a él, la gran protagonista de que se haya hecho realidad es su madre, quien contó a Télam que con mucho esfuerzo y expectativa tenían toda la fiestita organizada en su casa, del barrio Fonavi de Santa Rosa, de unidades habitacionales sociales.
“Él sabe lo que está pasando por la pandemia, pero pensó que a esta altura ya todo habría pasado. El no poder juntarse con sus amigos le produjo mucha tristeza”, comentó la mujer.
En su relato, la mamá de Benjamín admitió que dudaba de una respuesta positiva de parte de la policía porque sabe que “están muy ocupados, cuidándonos y cumpliendo con su labor”.
Pero, para su sorpresa, el lunes a las 21, cuando Benjamín se asomó para aplaudir a la policía y médicos, llegó un patrullero y los efectivos policiales se bajaron y le cantaron el feliz cumpleaños, hicieron sonar la sirena y le entregaron una insignia policial como recuerdo, contó.
“Mamá, fue el día más hermoso de mi vida. Estoy feliz, y cuando sea grande quiero ser policía”, confesó exultante Benjamín a su madre, la gestora de esta experiencia que calificó como “inolvidable”.