FaceApp, la aplicación que mediante inteligencia artificial escanea rostros para hacerlos más viejos, es un verdadero furor en las redes sociales.
Durante este fin de semana, miles de personas, tentadas por la curiosidad de descubrir su apariencia en el futuro, la utilizaron y compartieron en Facebook e Instagram las divertidas imágenes que obtuvieron como resultado.
Pero los expertos en el plano de la ciberseguridad han desalentado su uso debido a que la política de privacidad del programa deja a la empresa un amplio margen de maniobra.
Cabe destacar que esta singular app fue creada por desarrolladores rusos y no es nueva: ya tiene un largo recorrido en las tiendas virtuales.
Fundada por Yaroslav Goncharov, la aplicación basa su funcionamiento en “redes neuronales para modificar una cara en cualquier foto mientras mantiene el realismo fotográfico”.
Pero muchas personas no leen las políticas de uso al instalarla en sus dispositivos, la cual no ofrece protección a los datos de los usuarios.
“Todo el modelo de negocio que prolifera como startup está recogiendo cantidades masivas de datos personales sin tener todavía ninguna idea de cómo podrían ser utilizados en el futuro. Mientras tanto, los jugadores de ‘startup-land’ sólo miran hacia adelante en cuanto a su participación, o son comprados por Facebook, Google o quien sea”, expresó el experto en seguridad Stilgherrian.
Por su parte, el abogado Michael Bradley, de Marque Lawyers, expresó en declaraciones al sitio australiano ABC, que “cualquiera que haya puesto su cara on line junto con su nombre y otros datos de identificación (por ejemplo, cualquier persona con un perfil en medios sociales o un perfil en un sitio web), ya es muy vulnerable de ser capturado digitalmente para futuros usos de reconocimiento facial”, le dijo el letrado.
Además, entre las cláusulas que se aceptan para usar Face App, figura una que dice que si la aplicación vende su negocio, los datos de los usuarios irán al comprador.
“El reconocimiento facial se está convirtiendo rápidamente en uno de los elementos clave de la identidad digital y, por lo tanto, las personas deberían considerar la posibilidad de proteger su imagen facial de la misma manera que deberían proteger otros elementos de su identidad, como su fecha de nacimiento, número de documento y demás”, sentenció David Vaile, presidente de la Fundación Australiana de Privacidad