“Inspirarla amor por la Patria y por la Libertad” fue una de las quince máximas que José de San Martín dejó para su hija Mercedes. Esta es la premisa por la que trabajó y trató de inspirar durante toda su vida a los habitantes del territorio nacional.
José Francisco de San Martín y Matorras nació en Yapeyú, Corrientes, en 1778. Conocido como el libertador y héroe de la independencia americana, ocupó cargos políticos y militares. Fue un hombre adelantado a su época, que siempre miró mas allá buscando el bien general para todos, sin necesidad de reconocimiento alguno y en pos de la construcción de una nación independiente de la tiranía española. El general siempre mantuvo convicciones y principios nobles que aún perduran en nuestro tiempo.
Su padre fue un español, Juan de San Martín, que desempeñó tareas como teniente gobernador de Corrientes. Su madre fue Gregoria Matorras, también española. Para el año 1784 la familia emigró hacia España.
En 1787 el joven San Martín ingresó en el Seminario de Nobles de Madrid donde aprendió ciencias como la retórica, matemáticas, geografía, ciencias naturales, francés, latín, dibujo y música. Tiempo después pidió y obtuvo el ingreso como cadete en el Regimiento de Murcia con tan solo trece años.
Posteriormente, intervino en las guerras del Rosellón (1793) y de las Naranjas (1801). Esto le mereció un ascenso como capitán de Infantería en el Regimiento de Voluntarios de Campo Mayor. A principios de este siglo sucedió la invasión napoleónica a la península que generó la Guerra de la Independencia Española (1808-1814). Su arrojo contra los invasores franceses en la batalla de Bailén (1808) le valdría ser nombrado teniente coronel de caballería.
Mantuvo contacto con las logias masónicas que simpatizaron con el movimiento independentista y reorientó su vida hacia la causa emancipadora. Por su parte, tanto el sentimiento de su identidad americana y su ideario liberal fueron ideales de la Revolución Francesa. Por lo tanto, solicitó la baja en el ejército español y marchó a Londres (1811). Allí asistió a las sesiones de la Gran Reunión Americana, fundada por el mexicano Francisco de Miranda.
Luego se embarcó hacia Buenos Aires (1812). Establecido en el país, la Junta gubernativa le confirmó en su rango de teniente coronel de Caballería y le encomendó la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo. De esta manera, obtuvo la victoria en San Lorenzo el 3 de febrero de 1813. Conoció a María Remedios de Escalada, con quien contrajo matrimonio el 19 de septiembre del mismo año.
Al siguiente año aceptó sustituir a Manuel Belgrano al mando del Ejército del Alto Perú. También desempeñó tareas en la Gobernación de Cuyo, más precisamente en la ciudad de Mendoza. Desde este sitio comenzó a madurar la liberación de los pueblos.
La Asamblea del Año XIII, entre diversas labores, creó seis intendencias fronterizas para la defensa ante el avance de las fuerzas de España. En la región de Cuyo fue creada la Gobernación Intendencia con la capital en la ciudad de Mendoza, constituida además por San Juan y San Luis y separadas de la Intendencia de Córdoba del Tucumán.
En el año de 1814, uno de los documentos resguardados en nuestro Archivo General muestra mediante un oficio el nombramiento de Marcos González Balcarce como comandante general de todas las armas, de todas las provincias que se encuentren bajo su mando (16 de octubre).
En otro de los documentos, es expuesto cómo el 27 de octubre de 1814 San Martin manifestó su preocupación por el Reglamento de Medicina Militar, para su conocimiento en nuestra ciudad.
El General realizó dos visitas a nuestra provincia en el año 1815, años que estuvo al mando José Ignacio de la Roza como teniente gobernador. La primera visita fue en julio, motivada por una revolución sucedida en nuestra ciudad con intenciones de autonomía respecto de la Gobernación Intendencia de Cuyo. La segunda visita fue realizada el mismo año pero en julio. Esta vez, fue considerada la intención de reconocimiento de los pasos cordilleranos hacia Chile. En ambas situaciones, el general fue alojado en el Convento de Santo Domingo. San Juan fue pensado como San Martín como un punto estratégico para la liberación de país trasandino.
En este año también el Libertador expone su preocupación de aquellos ciudadanos que se encontraran en contra de la causa más noble y justa, que era la liberación del continente de las manos realistas. Así lo expresó mediante un oficio para conocer e identificar “a los americanos conocidamente contrarios a nuestra sagrada causa” quienes eran los mismos que se oponían a tan situación de liberación. (11 de abril de 1815). Esta convicción, quedó manifestado en un documento patrimonio de nuestro Archivo.
Finalmente, un hecho que se concretó el día 14 de febrero de 1817, ingresó en Santiago de Chile y la Asamblea constituida proclamó la independencia del país y le nombró director supremo, cargo que recayó en O’Higgins.
En cuanto a Perú, ocupó la ciudad de Lima y proclamó su independencia un 28 de julio. Luego, la ocupación de Guayaquil motivó un encuentro histórico con el militar Simón Bolívar, en julio de 1822, con la intención de definir el futuro de todo el continente.
Este encuentro aun genera misterios ya que San Martín decidió volver y no continuar con su plan libertador. Tiempo después fueron expulsados definitivamente los realistas de este continente, tras la victoria de la batalla de Ayacucho (1824).
El General, ya cansado y entendiendo que cumplió su deber, emprendió regreso a su casa y decidió retirarse. En el año 1823 se radicó en Mendoza, para establecerse allí y aportar a la vida pública. Sin embargo, recibió críticas adversas que le atribuyeron sus aspiraciones de mando, sumado el fallecimiento de su esposa. Por estas situaciones decidió viajar a Europa (febrero de 1824), en compañía de su hija Merceditas, quien por entonces tenía siete años.
Residió un tiempo en Gran Bretaña y después emigró a Bruselas (Bélgica), donde vivió modestamente; su renta apenas le alcanzó para pagar el colegio de su hija. En 1827 se deterioró su salud a causa de un reumatismo.
Posteriormente, intentó regresar al país en el año 1829. Dos años antes había ofrecido sus servicios para con la guerra contra el Imperio brasileño. Sin embargo, encontró su patria en descomposición por las luchas entre los unitarios y federales, por lo que desistió. Así, volvió a Bélgica y en 1831 viajó a París. En 1848 se instaló en su definitiva residencia de Boulogne-sur-Mer (Francia), donde falleció un 17 de agosto de 1850 nuestro Padre de la Patria y de la Libertad.
Fuentes
Libro 48, Folios 377. Departamento Archivo Histórico. Archivo General de la Provincia.
Libro 43, Folios 172. Departamento Archivo Histórico. Archivo General de la Provincia.
Libro 43, Folios 134. Departamento Archivo Histórico. Archivo General de la Provincia.
Material seleccionado del Departamento Biblioteca y Hemeroteca. Archivo General de la Provincia.