¿Te imaginás vivir en una casa sin inodoro? Esa es la realidad de 6 millones de argentinos según datos de la ONG Módulo Sanitario. Su utilización, con la debida conexión a la red de saneamiento, previene enfermedades y protege el ambiente entre otros innumerables beneficios. Su incorporación en la vida diaria ha sido una de las innovaciones más significativas en la historia de la salud pública, ya que ha contribuido a la creación de entornos urbanos más seguros y a la protección de la salud de millones de personas en todo el mundo. Con el objetivo de generar conciencia sobre esta problemática y la importancia de las redes de saneamiento básico, Amanco Wavin se suma así al “Día Internacional del Inodoro” (19 de noviembre).
El “Día Internacional del Inodoro” fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas para generar conciencia sobre la problemática que genera su carencia (incluyendo el objetivo de eliminar la defecación al aire libre para 2025), así como del acceso al agua potable, y convertirlos en prioridades dentro de los planes de desarrollo mundial.
De acuerdo con un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hemos tenido algunos avances: entre 2016 y 2020, el porcentaje de la población mundial que disponía de una fuente de agua potable gestionada de manera segura en su hogar aumentó del 70% al 74%; los servicios de saneamiento gestionados de manera segura se incrementaron del 47% al 54%; y las instalaciones para lavarse las manos con agua y jabón aumentaron del 67% al 71%.
Sin embargo, en Argentina existe todavía una brecha en infraestructura en términos de acceso a la red de saneamiento. De acuerdo con los datos del INDEC, las provincias de Santiago del Estero, Formosa y Salta son las que se ven más perjudicadas, con más del 20% de las viviendas de su población carente de un baño o letrina. Y además se observa que en Misiones y en Santiago del Estero menos del 30% de las viviendas cuentan con desagües conectados al sistema de la red pública de cloacas.
“La falta de inodoros y servicios adecuados de redes de saneamiento provoca problemas graves de salud, como la propagación de enfermedades infecciosas y diarrea, que sigue siendo una de las principales causas de muerte en niños menores de cinco años. El acceso a un inodoro limpio y seguro también está relacionado con otros derechos humanos básicos, como el derecho al agua potable, la salud y la seguridad de las mujeres y niñas, quienes son particularmente vulnerables cuando no existen instalaciones privadas” explicó Sandra Perez gerente de Producto Latam de Amanco Wavin. “La necesidad de inversión pública en infraestructura y redes de saneamiento es fundamental ya que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas y del ambiente en general”, concluyó Pérez.
Este problema es más agudo en las áreas rurales, donde los servicios de infraestructura son menos desarrollados. En las zonas urbanas, el crecimiento desordenado de asentamientos informales también ha exacerbado la falta de saneamiento adecuado. Esto tiene consecuencias graves para la salud pública, el medio ambiente y la dignidad de las personas afectadas. Tal es así que, de acuerdo con datos del INDEC, casi un 40% de las viviendas en Argentina no tiene sus desagües conectados a la red pública de cloacas, lo que indica desigualdad en el acceso a servicios sanitarios adecuados.
Un informe realizado por la OMS y UNICEF determinó que, 2.000 millones de personas en el mundo carecen de servicios básicos de higiene, de los cuales 653 millones no tienen ningún tipo de instalación. A esto se suma que 419 millones aún practican la defecación al aire libre (según datos de 2022). Por otro lado, el 45% de las aguas residuales domésticas generadas en el mundo aún se vierten en cuerpos de agua sin tratamiento seguro.
Los principales beneficios de contar con red de saneamiento son:
-
Prevención de enfermedades: evita la propagación de enfermedades infecciosas, como el cólera, la hepatitis A, la diarrea, y otras causadas por bacterias, virus o parásitos presentes en los desechos humanos.
-
Higiene y salud pública: contribuye a mantener un entorno limpio, reduciendo la exposición de las personas a desechos y promoviendo la salud pública.
-
Dignidad y privacidad: proporciona un espacio privado y digno para realizar las necesidades fisiológicas, lo que es fundamental para el bienestar y la dignidad humana.
-
Protección ambiental: al tratar adecuadamente los desechos, ayuda a prevenir la contaminación de los cuerpos de agua y del suelo, preservando los ecosistemas naturales.
El uso del inodoro y los sistemas de saneamiento adecuados son clave para el desarrollo sostenible y la salud de las comunidades.