Tras la salida de Eduardo Rodríguez Chirillo como secretario de Energía, el Ministerio de Economía evalúa modificaciones en los subsidios a las tarifas de luz y gas que reciben las familias.
Actualmente, la mayor parte de las tarifas está subsidiada para los usuarios de los niveles 2 y 3 de la segmentación. En el caso de la electricidad, esto cubre a 11,2 millones de hogares, representando casi el 70% de los 16 millones de usuarios totales. En cuanto al gas, los subsidios alcanzan a 5,8 millones de usuarios, un 61% de los 9,5 millones en total.
La nueva secretaría de Energía, María Tettamanti, tiene como objetivo implementar un esquema similar al de la tarifa social que se inició durante el gobierno de Mauricio Macri.
Los cambios persiguen dos metas: reducir el gasto público disminuyendo los subsidios energéticos a su nivel más bajo en la última década, y mantener el apoyo para las familias más vulnerables. A partir de ahora, será el ministro de Economía, Luis Caputo, quien marcará el rumbo de la política tarifaria, con la desaceleración de la inflación como prioridad.
Tettamanti planea restablecer la tarifa social, implementada en 2016 durante el gobierno de Cambiemos, luego del ajuste tarifario. Esta política establece un bloque de consumo básico de electricidad y gas subsidiado para ciertos grupos, como jubilados y beneficiarios de aviones sociales.
En 2019, el gobierno de Macri delegó a las provincias la administración de la tarifa social, y fueron estas las encargadas de su continuidad.
En 2022, el gobierno de Alberto Fernández reformuló los subsidios mediante la segmentación, dividiendo a los usuarios en tres niveles: N1 (mayores ingresos), N3 (ingresos medios) y N2 (menores ingresos).
Los beneficiarios de la tarifa social fueron automáticamente categorizados en el nivel 2. Sin embargo, el gobierno de Javier Milei ahora busca modificar este esquema, orientando los subsidios directamente a la demanda. Esto significaría que todos los hogares pagarían una tarifa unificada, pero los beneficiarios recibirían el subsidio de forma directa, posiblemente a través de transferencias bancarias.
El desafío radica en cómo implementar este cambio, dado que, en el caso de la electricidad, el 52% de los hogares (8,4 millones) están en el nivel 2, mientras que en el gas, representan un tercio del total (3 ,5 millones de usuarios). Además, la gestión de la tarifa social está actualmente en manos de las provincias, lo que añade complejidad al proceso.
El momento para aplicar estas modificaciones también genera incertidumbre, especialmente ante la preocupación por posibles cortes de energía durante el verano debido a las altas temperaturas. El esquema de subsidios propuesto por Chirillo, conocido como “canasta básica energética”, que fue debatido en una audiencia pública de ocho horas en febrero, fin
A pesar de los aumentos tarifarios en 2024, los usuarios continúan pagando solo el 49% del costo real de la electricidad, mientras que los del nivel 2 abonan el 26% y los del nivel 3, el 41%. En el gas, el promedio pagado es del 56% del costo real, con el nivel 2 cubriendo el 32% y el nivel 3 el 40%, siendo el resto cubierto por subsidios.
Según el Presupuesto 2025, el Gobierno planea reducir los subsidios energéticos para que representen el 1,1% del PBI al cierre de 2024 y el 0,5% para 2025, el nivel más bajo de la última década. El objetivo es alcanzar el 85% de la cobertura tarifaria eléctrica y reducir las transferencias de la tarifa social del gas y la garrafa social, lo que indica que los próximos aumentos tarifarios afectarán principalmente a los hogares de ingresos medios y bajos.