Dios escogió a María para ser la madre de su Hijo Jesús. María se casó con un carpintero de nombre José y vivían juntos en Nazaret esperando la llegada del Niño Dios.
Ellos ya tenían todo preparado en su casa de Nazaret: La cuna, los pañales, etc., pero un día les llegó una carta del emperador romano César Augusto, en la cual les decía que tenían que ir a la ciudad de Belén a empadronarse.
José y María obedecieron las órdenes del emperador y fueron a la ciudad de Belén.
Como viajaba tanta gente, no encontraron lugar en ningún hotel y tuvieron que ir a un establo, que es un lugar donde duermen las vacas. Fue en ese establo donde nació Jesús . Lo envolvieron en pañales y lo acostaron en un a cunita de paja que José le fabricó rápidamente. José y María estaban muy contentos y cuidaban al niño Jesús.
Cerca de ahí, estaban unos pastores cuidando a sus ovejas y se les apareció un ángel del Cielo que les dijo:
-¡Hoy ha nacido en Belén el Salvador del mundo! Lo encontrarán envuelto en pañales y acostado en un pesebre. ¡Vayan a invitar a todos los que se encuentren, para ir a adorar a Jesús, el Hijo de Dios! Los pastores fueron sin tardanza y le llevaron regalos al niño Dios que acababa de nacer.
Llegaron también tres reyes de Oriente a adorar a Jesús. Ellos habían sido guiados por una estrella hermosísima que brillaba intensamente sobre aquel sencillo lugar. Y ahí, acostado en el pesebre, con José y María a su lado, estaba el hermoso Niño Jesús. Los magos le traje¬ron preciosos regalos: oro, incienso y mirra. Se podía escuchar el canto de los ángeles del Cielo que alababan a Dios diciendo: Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.
Esta es la historia más importante de todas las historias que existen, pues es un retrato del amor tan grande que nos tiene Dios.