Un equipo conformado por médicos, trabajadores sociales y psicólogos del Centro de Adiestramiento René Favaloro (CARF), fue el encargado de la asistencia de la paciente Luz Bustos, de tan solo 11 meses y de su familia, por ser diagnosticados con COVID-19.
La mesa operativa de Rawson está conformada por un equipo de profesionales médicos, psicólogos y trabajadores sociales. A su vez, los profesionales son supervisados por el médico infectólogo Daniel González y la médica de familia Lidia Alonso.
Este equipo está encabezado por el director del CARF Dr. Walter Clavel y la jefa de la Zona Sanitaria V, Dra. Ivana Garzón.
Los profesionales realizan seguimiento clínico, contención psicológica, abordaje social y asistencia ante situaciones de vulnerabilidad.
Los testimonios de la licenciada en Trabajo Social Romina Pueblaz y la Dra. Celina Andrada ponen en evidencia el compromiso de los equipos de salud, que llevan adelante un completo y complejo abordaje de los pacientes.
Andrada explicó que “la bebé Luz Bustos de 11 meses, fue atendida en un primer momento en el Centro de Atención Respiratoria del CARF por un cuadro de fiebre con síntomas respiratorios. Evaluada en consultorio y por ser contacto estrecho de un paciente con diagnóstico de COVID-19 positivo, se la asume también a ella el diagnóstico de COVID-19”.
“Inmediatamente se le dan a la mamá las indicaciones y el tratamiento correspondiente y al estar con parámetro estables y no requerir oxígeno, se la deriva a su domicilio bajo tratamiento, y al cuidado de sus padres”, agregó la profesional.
“Este caso ingresa a la mesa operativa de Rawson para el seguimiento, que es realizado por la trabajadora social Romina Pueblaz y el equipo de pediatras en forma diaria, para evaluar las condiciones y la evolución clínica de la bebé y de su familia”.
Andrada contó que “la bebé está en muy buen estado general, habiendo superado los síntomas y habiendo cumplido los días de aislamiento correspondiente. Tanto ella como su familia están en condiciones de ser dados de alta”.
“Como equipos de salud asumimos el compromiso de acompañar a esta familia en el proceso de esta enfermedad y con la satisfacción de que tanto Luz, que es una pequeña gran luchadora como su familia hayan podido superar la enfermedad”, finalizó.
Por su parte, Romina Pueblaz detalló cómo fue el proceso de abordaje a Luz y su familia desde que su abuelo comenzó con síntomas y fue diagnosticado positivo para COVID-19.
“En la mesa operativa de Rawson de la cual soy integrante, nos abocamos al abordaje de los casos de positivos y sus contactos estrechos. En este caso, ante la aparición de síntomas de un adulto mayor en la familia, lo llamé por teléfono. El señor tenía algunos síntomas propios de la enfermedad, había perdido el olfato, tenía vómito, dolor muscular, dolor de garganta y 37°7 de temperatura”.
“La médica de la mesa operativa automáticamente lo llama para valorar esos síntomas clínicos. Lo mismo hace la psicóloga, porque el señor vive en la parte de adelante del domicilio solo, y en el sector de atrás vive su hija, Jésica Sánchez con su pareja Franco Bustos y su bebé”, agregó.
“La psicóloga lo llamó para contenerlo emocionalmente luego de que se le comunicó el resultado. Horas más tarde el señor comenzó a sentirse mal, llamaron al SMI y fue internado en el Hospital de Albardón”.
“Automáticamente determinamos las acciones a seguir porque la hija estaba desbordada y un poco angustiada por la situación de a su papá. Así que pudimos interceder con el equipo médico del Hospital José Giordano y que la familia pueda tener una devolución del diagnóstico y del estado clínico del papá. Jésica estuvo al tanto de la situación clínica del papá que estuvo internado hasta el 17 de octubre, fecha en que le dieron el alta hospitalaria para que siga cumpliendo el aislamiento en el domicilio”, añadió.
“Luego fue Jésica quien empezó a sentir algunos síntomas, y posteriormente su hija Luz de tan solo 11 meses, por lo que me comuniqué con el Dr. Juan Cobos de mi equipo, quien hizo la derivación al Dr. Daniel González que es el médico infectólogo del CARF. A través de ellos, Luz comenzó a ser asistida por la médica pediatra Celina Andrada”, contó Romina.
“Luz presentaba fiebre alta, 39°, y no paraba de llorar. La Dra. Andrada evaluó su estado clínico, y desde que ella asiste a la consulta comienza todo un seguimiento diario de la familia y de la bebé. Personalmente le llamaba todos los días, chequeaba los síntomas, hacía de nexo con los doctores para que le llamen y así evacuar dudas”.
“Finalmente Jésica fue dada de alta. Estaba muy que feliz cuando le di la noticia y le pasé la foto con el resultado. La bebé ya está en perfectas condiciones de salud y también le dieron el alta”, dijo.
“Ha sido un seguimiento minucioso y un acompañamiento a toda la familia. Ese ha sido el abordaje de todos los días, evacuando dudas y ayudando desde mi profesión a sus requerimientos, que no se agotan en la salud”.
“También hice el nexo con el Ministerio de Desarrollo Humano para que pueda recibir el módulo alimentario e intervenimos para que les entregaran pañales y leche porque se les hacía muy costoso llevar adelante el aislamiento, ya que sus ingresos se habían resentido por la pandemia”.
“Hoy podemos decir que toda la familia ya está de alta, la bebé en su último control está perfecta, ha sido un desafío y un compromiso enorme para todo el equipo y estamos muy orgullosos del resultado”, concluyó Pueblaz.