En la semana, desde el Programa Provincial de Tabaquismo que conduce la doctora Helia Pereyra, se intentó generar consciencia de los problemas graves que genera la asociación entre tabaco y COVID-19, y que en caso de contraer la enfermedad ofrece un mal pronóstico a los fumadores.
El tema surge después de que la industria tabacalera difundió algunos informes en varios países señalando que la nicotina tendría un efecto preventivo del coronavirus. Referencian a la existencia de un receptor nicotínico que en pacientes fumadores generarían “secuelas protectoras”.
En realidad lo que faltó publicar es que estos informes fueron financiados por las tabacaleras para evitar incrementar la caída en la demanda de tabaco y que este producto propicia una duplicación de riesgos de progresión del coronavirus. En Argentina, desde abril se toma al tabaco como uno de los principales factores de riesgo para las complicaciones de enfermos de COVID-19.
La doctora Pereyra explicó que “más allá de estas publicaciones, es importante insistir en lo malo y nocivo que es el tabaco para los pacientes con esta patología. Advertir que los fumadores tienen muchas posibilidades de padecer el COVID-19 de manera más severa y que aumenta la posibilidad de transmitir el virus a través de la boca”, sostuvo.
En San Juan, la política oficial en contra del tabaco es constante y se trata de convencer que en estos momentos de pandemia es cuando menos hay que fumar y más hay que cuidarse.
“Si todos colaboramos en pos de este objetivo, no solamente la población reducirá la posibilidad de contraer coronavirus sino también se bajaran los índices de cáncer de pulmón, de boca y de garganta, por ejemplo; de cardiopatías ocasionadas por la nicotina también”, cerró la doctora Pereyra.