Una familia de Mendoza vivió una increíble situación tras la internación de María Dora Garro, de 71 años, por un cuadro de neumonía: les dijeron que la mujer había muerto por coronavirus y la “enterraron”, pero luego la clínica reparó en el error y les avisaron que en realidad estaba viva y que incluso su hisopado había dado negativo.
La dramática historia fue revelada por Shirley Hernández, la nieta de la protagonista, en las redes sociales, donde pidió compartir lo que sucedió para que no vuelva a ocurrir.
La joven contó que su abuela María Dora Garro llegó a la Clínica Santa María a comienzos de mes por un fuerte dolor de espalda, pero volvió a su casa por recomendación médica. Luego, el 7 de septiembre, sintió un fuerte dolor en el pecho por lo que regresó al centro médico, donde quedó internada, con un principio de neumonía.
“En la madrugada del martes a mi abuela la internan con un diagnóstico de neumonía. Nos dicen que le estaban dando antibióticos y que estaba evolucionando de manera favorable. El miércoles lo llaman a mi tío y le dicen que todo iba bien. Y el jueves nos llaman para avisarnos que había fallecido”, relató.
La mujer indicó que luego del aviso de las autoridades de la clínica Santa María, en la capital mendocina, “empezamos con los trámites y no nos dejaban ver el cuerpo debido al protocolo”. Entre lágrimas y visiblemente nerviosa, agregó que “no pudimos ver a quién habían guardado en el cajón. Tampoco nos dejaron acercarnos a la carroza”.
Después del momento horrible que pasamos, de haber enterrado a mi abuela sin poder verla, nos llaman ayer (viernes) para avisarnos que mi abuela estaba viva, que se habían equivocado de paciente”, contó Beatriz. Y añadió: “El daño moral que nos hicieron es muy grande. No nos quieren dar la información de la persona que enterramos. Necesitamos darle el pésame a esa familia. Es increíble lo que ha pasado acá”.
Shirley contó que luego del error recibieron el resultado del hisopado realizado a Dora Garro: negativo. Y denunció: “A mi abuela, una persona de 71 años que sufre diabetes, la ponen en una sala con casos sospechosos de Covid. No se puede confiar en esta clínica, pero lamentablemente no podemos trasladarla a otro lado porque está todo colapsado”.
“Hoy (sábado) vinimos a hablar y nos atendió Julián Sergio Castro, el doctor que firmó el certificado de defunción e informó que mi abuela había fallecido con un síndrome de estrés respiratorio agudo por Covid”, fueron las explicaciones que le brindaron las autoridades del centro de salud
“Nos dice que no hubo mala voluntad, que había una muerte y que la otra persona estaba perdida”, cerró.