Este viernes al mediodía, el funcionario judicial Mario Parisi fue condenado a un año y seis meses de prisión condicional por los delitos de lesiones leves agravadas y amenazas en concurso real contra su ex pareja, en un fallo dictado por la jueza Ana Carolina Parra. A pesar de la gravedad de los cargos, Parisi no cumplirá su pena tras las rejas, sino bajo la modalidad de prisión condicional, lo que le otorga la libertad, aunque bajo ciertas restricciones y condiciones.
El juicio, que se prolongó por más de tres semanas y culminó tras casi tres años desde que se radicó la denuncia, ha dejado en evidencia no solo la sentencia contra Parisi, sino también sus polémicas declaraciones sobre la situación de los hombres frente a denuncias de violencia de género.
Al salir del tribunal, Parisi sostuvo que los hombres se encuentran en una “vulnerabilidad absoluta” y que la palabra de un hombre “vale menos que el relato de una mujer”. En sus declaraciones, expresó que una simple denuncia puede derivar en la condena de una persona, haciendo referencia a las consecuencias personales y profesionales que ha tenido que enfrentar desde que se hizo pública la denuncia. “He salido en todos los medios de la república, hay amigos que nunca más me frecuentaron, que ni siquiera se preguntaron cómo habían sido los hechos, han sido múltiples las consecuencias”, lamentó.
Parisi también manifestó que, en su opinión, los hombres están en desventaja no solo en Argentina, sino en otros lugares como España, donde “basta la palabra de una mujer que, por una cuestión de género, por el hecho de ser un hombre, ya lo coloca en desventaja”. Finalmente, señaló que durante el proceso judicial sintió que existía una “piedra ideológica” que se imponía sobre cualquier prueba o argumento a favor de su defensa, declarando: “He sentido que hay una especie de piedra ideológica o de basamento ideológico que se lleva puesto cualquier prueba, cualquier argumento a favor que uno pueda presentar, incluso la misma lógica. Es absolutamente desbordada y bueno, como dijo mi defensora, yo ya vine condenado”.