Un hecho lamentable y vergonzoso tuvo lugar este jueves en el Concejo Deliberante de Caucete. Decenas de adultos mayores que habían sido dejados a la deriva tras el cierre del área municipal que los asistía y la repentina desvinculación de la coordinadora Patricia Márquez, se hicieron presentes en la sesión ordinaria, buscando respuestas que nunca llegaron.
El escándalo comenzó el pasado lunes, cuando los abuelos se enteraron de que la gestión de Romina Rosas los había dejado sin recursos y sin la contención que brindaba el área. Tras ser ignorados en la Secretaría de Acción Social, liderada por Cristina Sosa y Roxana Pacheco, marcharon a pie hasta el edificio de la Municipalidad. Allí tampoco fueron recibidos, pero se cruzaron con el concejal Pedro Gómez, quien, junto a su par Franco Bufagne, se comprometió a presentar un pedido de informes para exigir explicaciones.
El proyecto se presentó este jueves, pero en el momento en que debía tratarse, el presidente del Concejo, José Luis Giménez, conocido por su historial violento, decidió de manera autoritaria que el tema no sería abordado. Esta decisión desató un profundo malestar en el recinto, especialmente entre los adultos mayores presentes.
El concejal Bufagne pidió entonces la palabra y propuso levantar la sesión como medida de protesta, lo que finalmente se aprobó por votación. Fue allí cuando la situación se salió de control. La concejal Marina Poblete, con el respaldo de Luis Roca, comenzó a insultar a los abuelos, acusándolos de maleducados y, según testigos. La escena fue tan violenta que muchos adultos mayores rompieron en llanto, conmocionados por el destrato que recibían de quienes deberían representarlos y protegerlos. Incluso la concejal profirió amenazas que seguro terminarán en la policía.
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Para calmar los ánimos, Rosas convocó a una reunión de emergencia. Sin embargo, en el encuentro la intendenta no ofreció ninguna solución concreta, y fue desmentida en varias ocasiones por los propios adultos mayores y la ex coordinadora Patricia Márquez. La reunión terminó sin avances y dejó aún más expuestos los conflictos internos de su administración.
Al salir de la municipalidad, los abuelos lloraban desconsolados por los maltratos sufridos, acusando directamente a Giménez, Poblete y Rosas de desprecio y falta de humanidad.
Mientras la indignación crece entre los vecinos de Caucete, queda en evidencia que la gestión de Romina Rosas atraviesa uno de sus peores momentos, marcada por el abandono a los sectores más vulnerables y la violencia institucional.
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