La tristeza es absoluta. Y se extiende de Argentina hacia todo el mundo. Durante el mediodía de ayer, los medios de todo el planeta se hicieron eco de una noticia muy dolorosa: Diego Maradona murió a los 60 años, producto de un paro cardiorrespiratorio. La noticia significó un duro cachetazo para todo el país, que se unió para despedir al genio del fútbol mundial. De hecho, en las últimas horas, se viralizó una foto que generó conmoción: un hincha de River y otro de Boca lloraron abrazados en las afueras de la Casa Rosada, sitio en el que se lleva a cabo el funeral de Pelusa.
Con su fútbol, y su personalidad tan característica, Maradona logró unir a todo un país. Y por supuesto que este idilio que se dio con la gente comenzó cuando le hizo un gol con la mano a los ingleses, y otro en el que los dejó en el piso, para que los argentinos sientan una especie de revancha tras la guerra perdida en Malvinas. Desde aquel entonces, la grieta se cerró para siempre.
Abrazados en las afueras de la Casa Rosada, donde la familia decidió velar los restos de Diego Maradona, dos hombres lloraron al unísono, reaccionando con gritos, lamentos y miradas hacia el cielo. La imagen no fue la misma que se pudo ver en las calles de todo el país. En esta oportunidad, hubo algo que lo hizo diferente: uno de los hombres tenía la camiseta de River. El otro, la de Boca. Sí, equipos que sin dudas han sido rivales hace decenas de años. Diego lo pudo todo: cerró una grieta y generó el amor de todos y todas, que trascendió incluso las ideologías.
Fuente: El Destape Web