Manu llegó al “cielo”

En el día de ayer fue homenajeado el mejor jugador argentino de básquetbol de todos los tiempos: retiraron la camiseta que vistió desde su llegada a San Antonio, el número 20, en 2002 hasta su retiro el año pasado.

De esta manera, Manu se sumó a una nueva élite de jugadores que son los que tienen colgadas sus camisetas en lo más alto (el techo, el “cielo”) del AT&T Center.

El bahiense es el noveno jugador en la historia de San Antonio Spurs que ha sido homenajeado de esta manera. Los anteriores son: Johnny Moore, Avery Johnson, Bruce Bowen, James Silas, Tim Duncan, Sean Elliott, George Gervin y David Robinson.

A continuación, el discurso completo de Manu:

Los oradores

Parker: ¡Hola San Antonio! Estoy muy feliz de estar acá, en la noche de Manu. Te lo merecés, amigo. Primero quiero dejar algo bien claro: en la Argentina decían que yo no le pasaba el balón. Que quede claro que no había ningún problema entre nosotros. En todo caso, es culpa de Popovich, que decidía que yo termine la jugada (…) Cuando pienso en la manera en la que trabajaste como jugador, solo puedo utilizar una palabra para definirte: sos único. Realmente sos único.

Manu Tenía dos pases, y lo ponía loco a Gregg. El real, y el que tiraba. Pero qué vamos a hacer, si nadie podía controlarlo. Lo dejaron ser Manu, y jugó años gloriosos con esta organización. Mi año favorito fue 2005, cuando se le fue todo el pelo. La otra cosa que se me viene a la cabeza es tu espíritu competitivo. Yo no sería el jugador que fui si no fuera por vos. Vos me ayudaste a ser un mejor jugador. Vos nunca fuiste un jugador egoísta. No hay muchos como vos, que jamás tuvo problemas en salir desde el banco de suplentes. Tu humildad nos sirvió de inspiración porque vos decidiste poner al equipo primero. Leyenda, ganaste campeonatos de Euroliga, selección argentina y Spurs. Un honor jugar a tu lado, Manu. Muchas gracias.

Oberto: Este es uno de los momentos en los que uno nunca está preparado. El año pasado recibí una llamada a las 10 de la mañana y dije: ‘upa, aquí hay problemas’. Terminamos llorando porque ahí me estaba enterando de su retiro. Podio olímpico, podio en Europa, podio en los Spurs. Pero el más importante logro que recibí fue cuando me acompañaste durante mi problema cardíaco. Ahí es cuando uno se da cuenta de lo grande que sos como amigo y como persona (…) Fue un gran momento jugar delante de estos fanáticos. Resultó algo increíble. Muchas veces cuando se juega al básquetbol se esconden los sentimientos. Si alguien te golpeaba o golpeabas a alguien, uno trataba de seguir jugando, no te molestaba. Si había un error Gregg te llamaba la atención, pero había que seguir. Y Manu siempre te daba una mano. Bueno, después de ese llamado me dije: ‘le voy a ganar en algo’. Y no pude: me ganó al ping pong, a las cartas, a todo (risas Manu, ahora podés tomarte las cosas con calma y disfrutar a tu familia. Me hiciste una mejor persona y un mejor jugador. Tenés toda la vida para disfrutar de tu retiro y nosotros toda la vida para darte las gracias.

Popovich: Recuerdo cuando Manu llegó a nuestras vidas, recuerdo su primer año. En aquel verano le dije a Duncan que teníamos a un jugador nuevo, que se había hecho un buen trabajo, que ese chico debía hacerme el trabajo más sencillo, que tenía unas condiciones espectaculares. Duncan dijo «Ok». Y llegó Manu, que tenía una lesión en el tobillo. Lo sentamos y lo esperamos para enero. Cuando regresó, en una semana todos se preguntaban quién era aquel muchacho.

Me convertí en un mejor técnico porque aprendi a callarme y disfrutar de verlo jugar. Un rebote ofensivo, un triple, un recupero. Es un ganador, lo sabía desde temprano. Lo que le importaba era ganar. Le decía: ‘Manu, ¿por qué hiciste eso?’ Y el me respondía: ‘soy Manu, esto es lo que soy'». Después miraba a Tim y a Tony, y con los hombros también me demostraban que no podía decir nada. El equipo se complementaba uno a otro. Si no hubiera sido así, no hubiéramos ganado nada. Y nada hubiera sucedido sin Manu. El increíble deseo de ganar, de exigirse, siempre me deslumbró (…) Mas allá del gran competidor que fue, lo que más le importa y motiva son esas cuatro personas: su familia. Ahí es donde está su corazón, y eso es lo que lo hace tan especial. El entiende las prioridades de su vida. Con todos los intereses que tiene, política, física cuántica, economía, el espacio, etcétera (…) La decisión más importante de la franquicia fue que haya llegado Manu Ginóbili, y que haya aceptado ir al banco al comienzo. Y desde allí construyó una carrera que lo llevará sin dudas al salón de la fama. Manu, te amo.

Duncan: No sé cómo seguir con este discurso después de media hora. Ellos se llevaron lo que yo quería decir. En fin, voy a contar una historia. Yo recibí una llamada de Pop en cuanto terminó ese draft. Terminé viéndolo y seleccionaron a alguien que jamás había escuchado. A un tal «Nanu Gino Bili»» (risas) Dos meses después yo lo recuerdo en el gimnasio. Y en los entrenamientos le pegaba, le tiraba todo el arsenal. Nunca se quejó y siguió mirando hacia adelante. Para lo que vino, año tras año estuve impresionado con vos. La mayor diversión fue tenerte como compañero y ver la desesperación de Popovich, cuando se enojaba y después se convencía de que lo que hacías estaba bien. Manu, fuiste un visionario porque te anticipabas a lo que iba a suceder. Es un honor estar aquí junto a vos. Te quiero.

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