Un boliche de la localidad bonaerense de Moreno se convirtió en una trampa mortal para un adolescente, quien no murió de milagro tras recibir una salvaje agresión por parte de un grupo de patovicas, el último fin de semana. El menor quedó inconsciente en las inmediaciones del establecimiento bailable, siendo abandonado por los representantes de la discoteca. Finalmente fue asistido, intervenido quirúrgicamente, pero de todas formas corre serio riesgo de perder parte de su capacidad visual. Mientras tanto, no hay detenidos.
En la madrugada del último domingo, Cristian, de 16 años, se encontraba en el interior de Heaven, junto a otros tres amigos, como ya les era una costumbre. Sin embargo, a diferencia de sus anteriores concurrencias, el joven se sorprendió al quedar en medio de una gresca entre un grupo de “pibes”, y por el simple hecho de estar en el lugar inadecuado, fue expulsado del recinto por el personal de seguridad.
En este sentido, el chico relató al medio local Semanario Actualidad que “se armó una pelea entre unos chicos y yo quedé en el medio. Entonces me sacaron, y permanecí enfrente, esperando a mis amigos“. En ese momento, “se armó un enfrentamiento a piedrazos entre esos pibes y los patovicas, y uno de ellos se me acercó y me pegó una piña en la boca”.
Sin entender lo que sucedía en ese instante, la víctima no tuvo tiempo de restablecerse del golpe, puesto que “recibo una patada de atrás, caigo al piso y soy rodeado por otros custodios que comenzaron a patearme. Después de eso no recuerdo más nada”. No obstante, Cristian fue rescatado por sus amigos, quienes se retiraban del boliche cuando advirtieron el ataque.
Entonces se acercaron a él y ello motivo para que los atacantes se alejaran y encontraran “refugio” dentro del local nocturno. El menor sufrió graves lesiones en su rostro, principalmente en la zona ocular, por lo cual permaneció internado durante más de 24 horas, período en el que fue sometido a una intervención quirúrgica.
La mamá del paciente, Alicia Infante, reveló a Crónica que “si bien lo operaron, todavía no ve en su ojo izquierdo y por eso deberán practicarle nuevos análisis”. Al mismo tiempo que se enfoca en la recuperación de su hijo, tanto física como psicológica, puesto que “Cris está muy mal, tiene miedo, no quiere hablar del tema”, también se aboca a exigir justicia.
En este sentido, la mujer dejó en claro que “queremos que detengan a los agresores, que se haga algo. El problema es que no sabemos los nombres, y el dueño del boliche, en vez de colaborar, de ayudarnos, me dijo que su seguridad no podría haber hecho eso. Pero tenemos testigos que corroboran la versión de mi hijo“.
La denuncia fue radicada en la comisaría 1ª de Moreno, que derivó en la intervención de la UFI 2 de la misma localidad.
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