Un profundo impacto causó este jueves la muerte de Gastón Cuello, oficial subinspector de la Policía de San Juan, en el Cementerio El Mirador, ubicado en Rivadavia. Las primeras informaciones apuntan a que el efectivo se habría autolesionado dentro del predio, aunque su fallecimiento ocurrió horas después en el hospital al que fue trasladado de urgencia.
La noticia generó conmoción en la fuerza policial y en la comunidad, ya que Cuello cargaba con un antecedente judicial que marcó su carrera. En 2022, fue acusado de daño agravado con el fin de venganza tras ser señalado, junto a otro agente, por grafitear el auto de un compañero. Aunque en mayo de ese mismo año fue condenado a prisión en suspenso, en 2024 fue absuelto por el beneficio de la duda, según una resolución del juez de Impugnación, Juan Carlos Caballero Vidal.
Este trasfondo generó especulaciones sobre su estado emocional en los últimos tiempos. La investigación del caso quedó en manos de la UFI de Delitos Especiales, liderada por el fiscal Iván Grassi, quien ya comenzó a recabar pruebas y testimonios para esclarecer los hechos.
El episodio en el cementerio ha desatado múltiples interrogantes. ¿Qué llevó a Cuello a tomar esta drástica decisión? ¿Su pasado judicial tuvo algún impacto en su presente? Son preguntas que la Justicia intentará responder en los próximos días.
Mientras tanto, el dolor embarga a sus familiares, amigos y colegas, quienes intentan comprender qué sucedió con el oficial subinspector, un hombre que supo vestir el uniforme policial, pero cuya historia quedó marcada por la polémica y un final trágico.