El próximo 5 de marzo de 2025, los matriculados del Colegio de Arquitectos de San Juan tendrán una cita importante: las elecciones para la renovación de las autoridades del Colegio. Este proceso no solo se limita a elegir a los nuevos representantes, sino que también pone en discusión la importancia de un principio fundamental para el buen funcionamiento de las instituciones: la alternancia en los cargos.
Según lo estipulado en el calendario electoral, las listas de candidatos fueron presentadas el 14 de febrero, y los matriculados que estén al día con el pago de la matrícula podrán participar en la votación. En total, se renovarán 22 cargos, entre los cuales se incluyen la presidencia, vicepresidencia, secretaría, tesorería, vocales titulares y suplentes, así como los miembros del Tribunal de Ética y Disciplina (TED) y del Directorio del Colegio Regional.
Este proceso electoral es clave para asegurar que el Colegio mantenga una estructura democrática, donde las decisiones se tomen de forma colectiva, y no dependan de una sola persona o grupo durante largos períodos. La alternancia en los cargos no es solo una práctica saludable, sino un principio legalmente establecido. De acuerdo con el artículo 35 de la ley de creación del Colegio de Arquitectos de San Juan, los miembros del Consejo Superior deben cumplir un mandato de dos años, con posibilidad de reelección solo por un período más. Pasado ese tiempo, deben esperar al menos dos años antes de poder postularse nuevamente.
Sin embargo, en esta edición electoral, surge un punto controversial que ha generado debate entre las listas participantes. En la lista oficialista, varios miembros que han ocupado cargos en el Consejo Superior durante los últimos años, incluyendo aquellos que han estado en funciones de vicepresidencia, se postulan nuevamente para cargos más altos. Según lo estipulado en el artículo mencionado, sus candidaturas podrían estar en conflicto con la ley que establece la rotación de cargos. ¿Es válida su postulación, o deberían esperar los dos años de intervalo que marca la normativa?
Este detalle fue planteado por la lista opositora Voces que Suman, que presentó una impugnación formal a la candidatura de algunos miembros de la lista oficialista. En su defensa, los representantes de la lista oficialista rechazaron la impugnación, argumentando que no existe un impedimento para que los candidatos aspiren a los nuevos cargos. Sin embargo, la situación se complica cuando se observa que uno de los miembros de la Junta Electoral, encargada de resolver la impugnación, tiene un lazo familiar directo con uno de los candidatos de la lista oficialista. Aunque la Junta Electoral rechazó la impugnación, la circunstancia de un posible conflicto de intereses ha dejado a muchos cuestionando la transparencia del proceso.
Es importante destacar que, si bien las reglas permiten reelecciones dentro de ciertos límites, el principio de alternancia en los cargos tiene un valor fundamental para las instituciones. Esta alternancia asegura que no se concentren excesivos poderes en pocas manos y permite que nuevas ideas y perspectivas puedan entrar en los espacios de decisión, revitalizando a la institución. En este sentido, la participación activa y la vigilancia de todos los actores involucrados —desde los candidatos hasta los votantes— es crucial para asegurar la legitimidad y el buen funcionamiento de cualquier institución democrática.
La cuestión de los lazos familiares dentro del proceso electoral es otro punto delicado. La participación de un miembro de la Junta Electoral con un lazo familiar directo con uno de los candidatos genera dudas sobre la imparcialidad y transparencia del proceso. Si bien este tipo de situaciones no necesariamente invalida todo el proceso, sí invita a una reflexión sobre la necesidad de establecer mecanismos claros de separación de intereses y mayor control para evitar conflictos de interés que puedan empañar la confianza en el sistema electoral.
En resumen, las elecciones del Colegio de Arquitectos de San Juan no solo son una oportunidad para renovar las autoridades, sino también para reafirmar principios esenciales como la alternancia en los cargos, que contribuye a una mejor democracia institucional. En un proceso electoral, la transparencia y la imparcialidad deben ser valores inquebrantables, y la participación de todos, tanto de los candidatos como de los votantes, es esencial para garantizar el futuro de la institución.