Dos veces al año, resulta indispensable poner a punto los tanques de agua domiciliarios, ya que en el fondo de los tanques se acumula sarro y suciedades necesarios de eliminar en períodos regulares de tiempo.
Conviene limpiarlo al inicio del invierno y del verano.
El agua estancada debe somete a desinfección, evitando la aparición de bacteria que pueda ocasionar enfermedades.
Puede efectuarse en tan solo seis pasos:
- Cerrar la llave de ingreso de agua al tanque. Luego, cerrar la válvula de la cañería de distribución interna y abrir la válvula de limpieza o desagote, hasta que quedar un fondo con 15 centímetros de agua, aproximadamente. No agitar ese resto ni la suciedad que contiene.
- Limpiar el fondo, las paredes y la tapa del tanque con la ayuda de un cepillo o escoba de plástico. Solo usar agua, nunca utilizar un cepillo de metal ni detergente, jabón o polvo limpiador.
- Vaciar el tanque completamente y enjuagar varias veces. Eliminar los residuos por la válvula de desagüe, nunca por la cañería de distribución.
- Llenar el tanque hasta la mitad con agua. Agregar, por cada 1.000 litros de agua, 1 litro de lavandina concentrada o ½, si el tanque es de 500 litros.
- Una vez lleno el tanque, dejar actuar como mínimo durante una hora. Eliminar el agua por la cañería de distribución, abriendo todas las canillas de la casa. Nuevamente, llenar y vaciar el tanque hasta eliminar el exceso de cloro.
- Llenar el tanque y poner en servicio.
Es importante asegurarse de que nadie consuma el agua del sistema interno del domicilio mientras se realizan las tareas de limpieza y desinfección del tanque domiciliario.